El árbol ausente
Parece
que nuestro árbol -nuestro y de todos- que implora, suplica… piedad, ayuda… por
dejarle sólo, sin sus congéneres del otro lado del puente ferroviario, está hoy
alegre… contento.
Eso da a
entender su explosión de flores a lo largo de sus ramas. Sin embargo,
ello es más un espejismo, una prematura llegada de la primavera en pleno
invierno de este mes de febrero que se despide con temperaturas de hasta 25º.
Hoy (27-02-2019) precisamente ha sido ese
día tan veraniego en que nuestro árbol ¡único árbol de Foruen kalea! (calle, antes conocida oficiosamente como “Camino
Negro”) quiere engañarse, creyendo que el invierno se ha ido antes de completar
su ciclo estacional. (Más arriba de la misma, en la otra acera hay seis más pero
sólo se entendía con los del otro lado del puente ferroviario, a los que, en la
cercanía, tenía enfrente).
Pero aún
de la alegría momentánea que quiere demostrarnos con sus destellos florales que
las descapulladas flores se abren a los rayos del sol, no se engaña y sabe que
su vida, la que le queda por vivir, la tiene que pasar y recorrer solo.
En esa
soledad, ya sin sus hermanos del otro lado que tuvieron corta vida en su existir,
que le hace prometerse aguantar, sin que la sensibilidad que se le presupone
haga mella en él y lo derrumbe en una lenta agonía de vivir.
Tuvo
suerte de no correr la desdicha de sus hermanos congéneres. Estaba en
el lado bueno del túnel ferroviario y eso le salvó o, tal vez, los operarios
obedientes al mandato de la alcaldía no repararon en su presencia y menos en su
existencia.
Hace un año, por estas fechas el rigor del invierno hacia que su desnudez fuera patente
Ahí está
a salvo de la sierra de motor, al menos de momento, aunque con esa “tristura” de saberse no querido,
ignorado e inexistente para los humanos que por su acera deambulan camino de
sus quehaceres y obligaciones rutinarias de todos los días. Sí, ha quedado a salvo, al menos de momento, dando su flor y sombra a todo el que a su lado pasa.
En
definitiva, se salvó, aunque su invisibilidad puede ser más mortal que la
muerte rápida de los congéneres del otro lado del puente ferroviario.
Existe,
pero innominado, hasta que su fortaleza decline a debilidad que dé paso a su irremediable
-aunque, tal vez, plácida- muerte.
Hasta
entonces, todas las mañanas, él intenta ponernos su mejor cara, darnos su mejor
saludo, aunque nuestro circular deprisa o pausado a su lado no sea
corresponderle como nuestro árbol se merece.
Aquí ya, con el alcorque tapiado, quedando solamente la huella de su anterior existencia
Al
respecto ver la entrada Folleto
explicativo de los 4 años de Gobierno municipal del partido EAJ/PNV en Amurrio (al final de la
misma) que hace mención al arbolado de esta calle.
El pivote señalético anunciaba que el próximo era él. Pero a última hora el ¡gon! le ha salvado. ¡De momento, hasta ahora! (Foto 09-09-2015)
Por contra, estos cuatro, como unos años atrás los anteriores, han pasado a mejor vida en estos días del mes (Nota: Dos dejaron de existir
hace un tiempo y los otros dos han sido sustituidos por otros ejemplares, a los pocos días
de publicarse la entrada)
NOTA
14-03-2019
Como
indica uno de los comentarios anónimos a esta entrada del día 7 de este mes: “Tanto
este árbol como alguno más de los alrededores, han sido sustituidos por otros
nuevos”. Y sí parece que es cierto.
Hasta
este árbol que protagoniza esta entrada ha terminado sus días, en tan poco
tiempo de haber sido el protagonista de la entrada de este blog.
Decíamos
en la misma: “Existe, pero innominado, hasta que su fortaleza decline a
debilidad que dé paso a su irremediable -aunque, tal vez, plácida- muerte”.
Pero
esta no ha sido la causa de su muerte y, por supuesto, no ha sido plácida, sino que el Ayuntamiento, al igual que
con el mobiliario urbano, ha creído que ya no reunía las condiciones óptimas y
lo ha sustituido por otro, como refleja la fotografía sacada esta misma mañana. Y eso, a pesar de lo reluciente que aparecía días atrás con su vestido de flores.
Nota 18-03-2019
Me
pregunto -nos preguntamos- qué sentido tiene talar un árbol que, aunque solitario
en ese lugar, alegraba el espacio, sobre todo, cuando florecían sus flores, y que
no causaba deterioro alguno del pavimento o embaldosado de la acera, para
sustituirlo por otro joven que todavía necesitará tiempo para su florecimiento.
La
razón o razones se nos escapan. Si fuera porque estropea o levanta -como decíamos-
el embaldosado, se podría entender, pero sólo para sustituirlo por otro, sin
más argumentos…
No
vaya a ser que estos hechos sean como la moda que, cada cierto tiempo, hay que
cambiar de estilo en el vestir. Así también plantar otro tipo de árbol, aunque
sea a costa de eliminar (matar) al anterior de su lugar.
Esperemos que lo talen cuanto antes. No pinta nada en ese lugar.
ResponderEliminarTanto este arbol como alguno mas de los alrededores, han sido sustituidos por otros nuevos.
ResponderEliminarBuena eleccion por parte del ayuntamiento.
Por accesibilidad, la acera debería de tener un m´ñinimo de 1,8m. Creo que co el árbol no se cumple...
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