La política y la religión se dan la mano(1)
Primero fueron los “Imperios” y los “Estados-Nación” los que se aprovecharon de las ventajas de imponer una sola religión propia a sus súbditos y ciudadanos. Con el paso de los siglos fue la Iglesia de Roma la que se aprovechó de esa situación de privilegio para influir, a la sombra y también al descubierto, y, en cierta manera, gobernar y mandar en los estados y naciones del mundo occidental, confundiéndose muchas veces la Iglesia con el Estado y viceversa. La religión y la política juntas, en sintonía y buena armonía. Así ha sido desde el inicio de los tiempos.
En el año 313 d.C. se firma en Milán el Edicto que proclama la libertad religiosa o tolerancia religiosa, dejándose de perseguir a los practicantes de las distintas confesiones religiosas del momento que había en el Imperio romano, entre ellas la religión de los cristianos.