lunes, 12 de julio de 2021

El caso de la cigüeña primeriza de Amurrio


Al igual que lo enunciado en la presentación de la anterior entrada, otro tanto se puede decir del siguiente artículo que se cayó igualmente del paginado del nº 56 de la revista Aztarna que, con la autorización expresa de su autor, Alberto Luengas, publicamos aquí y ahora, evitando caiga en el olvido pues, según sus propias palabras, en el caso de que se publicara en el siguiente número de la revista en el mes de diciembre, no lo ve ya necesario ni interesante.

Al final del artículo incluimos un vídeo con unas magníficas vistas aéreas de la cigüeña y sus polluelos en el nido familiar sobre la cima del cedro realizado con un dron que lo sobrevuela.

El caso de la cigüeña primeriza de Amurrio

Por Alberto Luengas Otaola

En el nº 16 de jun-sept. de 2000 de la revista Aztarna inicié este relato sobre la estancia de las cigüeñas en Amurrio, después de muchos años que se pierden en el tiempo de la memoria de los más mayores. En dicho número se describían las características de la especie y, jocosamente, quien llevaba los pantalones y el peso y la responsabilidad en el ámbito familiar de la pareja de zancudas, ante el pasotismo del macho.

Así pues, como es conocido, en el año 2000 llegaron, por primera vez, las cigüeñas a la Villa de Amurrio, realidad que expusimos a Televisión Española que realizaron un reportaje –principalmente en mi domicilio– y al día siguiente lo publicaron.

En otro número (dic. 2008) de la misma revista, volvimos a dar cuenta de la estancia de las cigüeñas, avecindadas ya en Amurrio, y la muerte de un cigoñino. Ahora, desde entonces hasta el año 2019, todo ha sido normal, criando cada año entre uno y tres polluelos o cigoñinos.

Sin embargo, el 5 de junio del año 2019, fallece una de las cigüeñas de la pareja que habían criado dos cigoñinos, al tropezar en su vuelo con unas edificaciones, según me confirmó la, hasta hace poco, alcaldesa de Amurrio, Josune Irabien.

Los dos polluelos, nacidos en el mes de abril ya se alimentan y se defienden por sí solos, realizando idas y venidas por los entornos de la villa para buscarse su alimentación. En sus vuelos van siempre juntos, regresando al atardecer sobre los cedros del parque para pernoctar. Y, normalmente, lo hacen sobre el nido.

El viudo o la viuda, pues desconocemos si era él o ella la cigüeña accidentada, también realiza una vida al parecer normal. Con sus desplazamientos durante el día para alimentarse y, como siempre, regresando al nido de uno de los cedros para pernoctar.

 

 

Panorámica general del parque con los cedros en primer término, en uno de los cuales se asienta el nido de cigüeñas. En esta ocasión, el mismo es frecuentado por uno o una cigüeña solamente. (Foto 04/05/2021 al igual que la anterior)

 

 

 

El 19 de junio, observamos que jubilosamente vuelan dos cigüeñas, ya arriba ya abajo, junto al nido, crotorando fuertemente. Golpeando sus picos con estruendoso ruido. Por lo que deducimos que se han emparejado. Sin lugar a dudas.

El día 28 de junio desaparecen las dos cigüeñas. Los cigoñinos se marcharon el día 14. Una fuerza interna les impele a marchar siempre a África.

El 25 de diciembre aparece una cigüeña sobre el nido. Entendemos que sea el macho que, como dicen los entendidos, llega primero.

El 3 de enero aparece otra cigüeña que, con grandes muestras de júbilo, celebran como siempre el encuentro anual. Ya estamos en el año 2020. Observamos entre enero y febrero –en comparación con los años anteriores– demasiada frecuencia en sus escarceos amorosos.

Observamos que cada tres o cuatro días la cigüeña se agacha sobre el nido por espacio de 25 a 35 minutos que entendemos es el tiempo para poner un huevo. El macho nunca se encoba, sino que permanece en pie, de cara, frente al viento.

A primeros de marzo inicia la incubación. Pero unos días más tarde, observamos también que la cigüeña abandona el nido por espacio de más de 4 horas. El germen de la vida de los huevos ha muerto, pues con una temperatura de entre 5 y 7 grados en esos días –tenemos un termómetro en el balcón para comprobarlo– difícilmente los huevos conserven el calor que les proporciona su progenitora para que se desarrollen los embriones. El 16 de abril abandona el nido y se dedica la pareja a hacer una vida normal, pero sin pollos. A finales de julio desaparecen. Habrán volado hacia el sur.

 

Fotografía tomada el 23/05/2021. Aparece la cigüeña sobre el nido que, a lo largo de los años, va cogiendo volumen con las reparaciones que las blancas zancudas suelen acometer en su hogar de crianza 


El 13 del mes de octubre aparece una blanca zancuda sobre el nido. Creemos –según nos indican los entendidos– que se trata del macho la que ha llegado. Pero el día 17 de octubre vemos que la cigüeña se ha agachado sobre el nido: es una hembra sin lugar a dudas. Pero es un caso anómalo. Pero ¿cómo es posible esto?

El 4 de enero del año 2021 aparece otra cigüeña y permanecen juntas, pero sin muestras de júbilo como en otras ocasiones, como desconociéndose. Es otra hembra sin lugar a dudas. Van y vienen por separado a sus lugares de alimentación.

El viernes, 19 de febrero, aparecen tres cigüeñas revoloteando sobre los cedros del parque y al atardecer observamos que hay amores entre ellas. Pasan los días sin que se vea a la tercera cigüeña que, finalmente, aparece el día 24, miércoles y se da el caso que durante el día hay escarceos amorosos.

Van pasando los días sin que se la vea más a la tercera cigüeña. Entendemos que es un macho venido de Orduña que se erige en padre de la posible prole que ha cumplido con su función procreadora.

 

 

La pareja de cigüeñas compartiendo el nido que con los años va aumentando de peso. (Foto 12/07/2021)

 

En el mes de marzo permanecen las dos cigüeñas todo el día sobre el nido a relevos de dos en dos o tres días cada una.

En abril, cambian el sistema y, cada pocas horas, se relevan y la que llega regurgita sobre el nido, dando alimento a los polluelos que haya en el nido. Quedándose sobre el nido para protegerlos del frío y de la lluvia. Así todo el mes de abril. Observaciones que hacemos con los prismáticos de 12x50, puesto que nos encontramos a más de 200 metros de distancia de ellas.

A primeros de mayo, observamos una cabecita con su pico totalmente negro sentado en el nido: ¡es un polluelo!

En junio les veremos volar por nuestra Villa y en julio, como aves migratorias que son, después de recuperar fuerzas en la parada transitoria, abandonarán la Tierra de Ayala, en nuestro caso, y partirán impulsadas por un fuerte instinto para África, para volver en el mes de febrero a encandilarnos con su presencia, el crotorar de sus picos y el volar circular en torno al nido.

¡Buen viaje! Amigas.

 

 

Otra instantánea, esta vez desde la distancia, con la pareja de cigüeñas asomada sobre el nido en el parque Pitiminí de Amurrio. También del 12/07/2021

 

Creemos, por otro lado, que, por desgracia, el nido que se asienta en la copa de uno de los cedros del parque municipal, corre el peligro de caer, pues la copa del árbol que lo sostiene, está cogiendo una ligera inclinación que producirá, con la ayuda de algún que otro fuerte viento, el crujir de la misma. Pues son muchos los años los que lleva el nido sobre la copa del cedro. Aunque tenemos también la esperanza de que esto no ocurra. Al menos de momento.

No obstante, se debiera preparar un artilugio de acero inoxidable que, adherido al tronco del cedro, sirva para afianzar el nido de la cigüeña que cada año aumenta de peso y puede caer a causa del mismo. Este artilugio hasta podría diseñarlo yo mismo. Pero debemos esperar hasta después de que se marchen las cigüeñas en el mes de julio. Sería bonito este detalle para las blancas zancudas.

 

NOTA: Otros artículos publicados, y relacionados con éste, en la revista Aztarna, nº16. jun-sept. 2000: “La cigüeña anida por primera vez en la Tierra de Ayala” y nº 36. dic. 2008: “Dos apuntes breves. Ramón lloró y Origen histórico de San Vítores en la sierra Salvada”.

Además, el vídeo con los 22 intensos segundos de la cigüeña con sus dos cigoñinos en la copa de uno de los cedros del parque Pitiminí en el centro de Amurrio. (Instantánea aérea tomada el 24/05/2021).
 

NOTA 20/07/2021

Nos envía el autor de este artículo estas líneas que dan continuidad a lo relatado en el mismo:

Un fuerte impulso les incita, les estimula y les "empuja" hacia lo desconocido… ¡emigran a 6.000 kilómetros! Los pollos de las cigüeñas, como siempre hacen, se "van" en el mes de julio, mientras que sus progenitores tardan unos días más. La vida de las aves es una clara "incógnita" para la generalidad humana.

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