Un momento de la celebración de la misa con los montañeros feligreses -o los feligreses montañeros- atentos y participantes en el desarrollo de la misma en torno a la ermita del barrio de Aldama.
Abajo del camino, el caserío (E)Txabarriko que junto al caserío Juandorena, detrás de la ermita, son los dos únicos caseríos con posibilidades de vida duradera, pues tienen los tejados renovados
Este año, Aldama sólo celebró el acto religioso
Este año 2022 la fiesta consistió únicamente en la celebración eucarística del oficio religioso en honor de los Santos Simón y Judas, es decir, solamente el día 28 de octubre, en su ermita de Aldama.
Para quienes desconozcan la onomástica de los nombres cristianos este Judas (Tadeo) nada tiene que ver con el Judas vendido/comprado y traidor a la causa de Jesús, el Redentor. (Antes de proseguir queremos recordarte el enlace El barrio Aldama de Amurrio y la devoción a los Santos Simón y Judas donde, a propósito de narrar la fiesta de un determinado año, se hace una introspectiva de esta misma y de la historia de este barrio perdido y confundido entre el diverso arbolado del bosque).
El distintivo del nombre del caserío Basiona reposa en la pared de la cabaña que antecede al mismo
Desde Amurrio, tras sortear el río Nervión por el puente Olako (y el “camino de los lobos” que oí a alguien decir), accedimos al barrio Abiaga a través de la carretera reasfaltada estos días en el tramo que llega hasta el caserío Basiona. Caserío en el que sus moradores finalmente han colocado el nombre que lo identifica y que, además, lo habita precisamente una familia que ostenta en su blasón familiar el apellido Aldama.