No sólo el tronco, sino también por las ramas se extienden los colores que dan vistosidad a estos árboles
Nuestro pequeño “Bosque (“pintado”) de Oma”
en Amurrio
Que, salvando
las distancias, se asemeja al bosque situado en el municipio de Kortezubi que
diseñara, entre 1982 y 1985, el escultor Agustín Ibarrola, pintando
artísticamente los árboles de un bosque situado en el barrio de Oma,
muy cerquita de la cueva de Santimamine.
Bosque
pintado de Oma que la intolerancia y, sobre todo, la ignorancia cultural que
anidaba en algunos de sus autores quisieron borrar del espacio artístico del País,
produciendo estragos en los árboles, dañando las cortezas pintadas de los
mismos y el talado de algunos de ellos en el año 2000.
Como
decíamos al principio -“salvando las distancias”-, Amurrio tiene su pequeño
“Bosque de Oma”. Pequeño porque son apenas media docena de árboles distribuidos
en la entrada del recinto deportivo de El Refor y algunos menos en la trasera
del bar Txotis, en la paralela calle a la del Frontoi o Pilotaleku. En este
último lugar, que fue donde primero surgió la idea de dar color a los árboles
aquí plantados, actualmente ha desaparecido el colorido con que los mismos
estaban adornados y vestidos. Tal vez, fueron despojados de su vestimenta colorista en las postrimerías de las recién terminadas obras de remodelación de la calle Frontoi que afectó, en parte, a esta zona de los árboles.
Primer plano de los entrelazados colores que desde la base suben por todo el tronco
Debemos decir, para que alguno no se lleve las manos a la cabeza, que la decoración que lucen los troncos con los distintos colores del arcoíris, maestramente combinados, nada tiene que ver con los pintados por el escultor Ibarrola aunque tengan un parecido, al menos, en la idea de dar vida y color a los árboles.
También
es verdad, que en el caso de los árboles de Amurrio ha consistido en vestir todo
el tronco -y hasta algunas ramas- con colores hechos con punto de lana. Y ¡que
labor! la de esas manos que pusieron esfuerzo y pundonor para que el paisaje
cambie de color.
Surgió de
la iniciativa de los hosteleros de la zona con el parabién municipal (idea que
posteriormente se trasladó al arbolado de la entrada de El Refor). La idea fue
dar color carnavalesco a la zona de ocio del lugar y tuvo su hecho en los carnavales
de 2016, si no estamos equivocados.
Como
anécdota, a raíz del vestido de estos árboles con vivos colores en el periodo
carnavalesco, la foto publicada varias semanas más tarde en el periódico Diario
de Noticias de Álava que al pie de foto decía que Amurrio daba la bienvenida a
la primavera (de ese año) adornando de esta manera dichos árboles.
Error, pues la idea surgió, como
hemos dicho, para recibir y celebrar los carnavales aunque hoy día todavía se
pueden ver los árboles bellamente coloreados a modo de jerséis que los abrigan.
Al menos, referido a los de la entrada de El Refor. (A propósito de la noticia publicada
por este periódico ver el enlace ¿Sabía que hay un periódico que dice ... donde, al referirse al tiempo,
no sabía situar acertadamente los pueblos que en el mapa aparecían).
En fin. A
disfrutar de este pequeño bosque “pintado” que, en los paseos matutinos y
vespertinos por el perímetro del recinto y complejo deportivo de El Refor,
saldrá sin quererlo a nuestro camino.
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