Visita(s)
al yacimiento arqueológico de Elexazar
El
bueno de Juanjo Hidalgo, director de
la excavación, nos ha estado dando sendas conferencias in situ, en el monte, a
lo largo de este último fin de semana de septiembre de 2016, preludio de las
que en un futuro próximo se proyectarán para conocer todo lo que vaya saliendo
a la superficie en el yacimiento arqueológico de Elexazar de Amurrio. Para ello
se tuvo que andar y repechar un corto pero intenso camino para llegar al
terreno montañoso en forma de túmulo donde dicho yacimiento se asienta.
Iniciando,
la inmensa mayoría de los curiosos y ávidos del saber o, al menos, conocer esta
pequeña historia desconocida que la tupida vegetación se encargó de ocultar
para la historia local de Amurrio y la Historia con mayúsculas, el camino
ascendente en el punto de partida de la ermita de San Roque (antes San
Silvestre).
Los fuertes repechos, nada más comenzar a andar la excursión didáctico montañera, nos llevaron: –a la casa forestal que ya no es tal, pues la primitiva de estilo neovasco fue transformada (ver enlace El panel explicativo que duerme en el olvido casi sempiterno), –a pasar junto a dos ericeras recuperadas y rehabilitadas y, finalmente, –al yacimiento romano de Elexazar.
Un momento de la charla informativa in situ del director de la excavación
Porque
sí parece ser que es de época romana. De los ss. II y III d. C., tras los
vestigios encontrados y el tipo de construcciones halladas, aunque el topónimo
del lugar, en un principio, generaba dudas de un posible santuario religioso
medieval (Elexazar = iglesia vieja), pero nada que ver con esto.
A
lo largo de varias campañas realizadas en los últimos años en el periodo
estival comprendido de julio y agosto han ido saliendo elementos que atestiguan
lo anterior: un ara taurobolio (hasta el momento, la joya de la corona del
yacimiento), algunas monedas de dos emperadores, etc. En estas campañas, tras
la limpieza y excavación del subsuelo, se está acometiendo el asentamiento de
los cimientos de habitaciones y casas con el alzamiento del emparedado a niveles
comprensibles (en el mundo de la ciencia arqueológica) para su conservación y conocimiento
del común, profanos en esta materia.
Así
pues, ha sido esta (25-09-2016) una
visita mañanera lúdico-entretenida e instructiva sobre el por qué, el cómo y el
para qué de este asentamiento romano situado a 550 m de altura en plena zona de
monte.
La
idea principal que vuela sobre el yacimiento de Elexazar es de no cubrirlo o
taparlo sino ofrecer al visitante la posibilidad de visitarlo, recogiendo su
historia con paneles de información señalética. El propio Ayuntamiento de
Amurrio en vista del potencial de un bien a preservar para las generaciones
futuras, no tanto turístico cultural que sin duda también lo tiene, solicitará al
Gobierno Vasco que el yacimiento sea declarado con la figura jurídica de “Bien
Cultural calificado”.
Queda
por constatar que la “joya de la corona” está y se puede ver expuesta en el
Museo BIBAT de Vitoria-Gasteiz, siendo el reclamo a la entrada de este museo
que reúne los museos de Naipes y el de Arqueología. Sólo queda esperar como
amurriarras que su exposición en dicho museo sea sólo temporal, hasta que algún
día el propio Ayuntamiento de Amurrio pueda o tenga la tentación que se le
presupone de acondicionar un local museístico que reúna todos los objetos
hallados (y por hallar en el futuro) en los yacimientos de su demarcación
jurisdiccional.
Para los que
quieran entrar en las profundidades del saber científico, dejo caer el
siguiente texto publicado en la web de la extinta “Radio Ayala”, el 21 octubre
2011 por el autor y director del yacimiento.
Elexazar, el yacimiento de época romana en Amurrio, al descubierto
A finales de
junio de 2009, Aunia Kultura Elkartea y el Área de Medio Ambiente del
Ayuntamiento de Amurrio comenzaron a trabajar en los alrededores de este
túmulo, Elexazar, hallado por un vecino de Larrinbe dentro del término municipal
de Amurrio. A pesar de que en un principio parecía tratarse de una iglesia
antigua, ha quedado confirmado que se trata de un asentamiento romano.
Situación y
descubrimiento
El
yacimiento de Elexazar se encuentra situado a 550 metros de altitud, dentro de
un espacio forestal de media montaña que vertebra los valles del Nervión por el
lado occidental y del río Altube por el oriental, participando de él los
municipios de Orozko, Laudio, Aiara y Amurrio. En él se incluyen, de sur a
norte, las cimas de Kukuzmendi (597 m) Goikomendi (613 m), Erroiatxa o Peña
Negra (695 m), Eskerrola (712 m), Larragorri (749 m), Elorritxugana (721 m) y
Santa Marina (675 m). Un espacio que cuenta, para el término de Amurrio, con un
proyecto de intervención que ha venido desarrollándose desde hace varios años
mediante actuaciones puntuales y que pretende recuperar valores naturales,
paisajísticos y culturales para el disfrute de todos. Asimismo, algunos de los
barrios y pueblos más antiguos e interesantes del municipio que se asientan en
el entorno, caso de Larrinbe, San Roque, Mariaka, Aldama, Pardio y Ontsoño, han
dejado una perceptible huella humana.
Fotografía publicada por el Director de la excavación en su Facebook correspondiente a este día
El nombre de
“Elexazar”
La tradición
oral de Amurrio decía que en Elexazar había habido una iglesia, lo cual venía
avalado por la propia etimología del nombre: elexa + zahar, que significa
“iglesia vieja” o “iglesia antigua”, una pista bien sugerente para iniciar las
investigaciones. Sin embargo, iniciada la intervención arqueológica en 2009,
pudimos comprobar que no se trataba de ninguna iglesia, sino de un asentamiento
de época romana. Por tanto, la acepción del término Elexazar habría que tomarla
como el recuerdo fosilizado de un lugar de culto y/o de trabajo que se ha ido
transmitiendo de generación en generación, pero cuyo verdadero nombre y
función, así como el momento histórico al que perteneció, habría desaparecido
de la memoria colectiva y de todo registro documental a nuestro alcance.
La
intervención de 2009
Primeramente,
a finales de junio, desarrollamos un trabajo previo de desbroce, ya que el
túmulo se localizaba en un entorno forestal, poblado por numerosos espinos y
matorral que hacían impracticable cualquier trabajo en el área objeto de
investigación.
A
continuación, con el objeto de conocer y definir el verdadero interés
arqueológico e histórico del túmulo, actuamos sobre él mediante un sondeo
consistente en la realización de una trinchera longitudinal en sentido S-N de
30 metros de longitud por 2 metros de anchura. Asimismo, realizamos otro sondeo
de base cuadrangular (4 m. x 4 m.) en la parte oriental del túmulo.
Desde un
comienzo fueron quedando al descubierto una serie de muros que formaban parte
de una construcción mayor, de planta rectangular, constituida por cuatro
dependencias o recintos, separados unos de otros por muros divisorios que
apenas llegaban, en el mejor de los casos, a los 50-60 cm. de altura –entre
seis y siete hiladas de piedra–, con una anchura homogénea de 48-50 cm. La
longitud total de la construcción era de 13,75 metros (ENE-OSO), por otros 3,75
metros de anchura (NNO-SSE). Hay que señalar, no obstante, que los restos de
muros que se conservan están arrasados prácticamente a nivel de umbrales, y es
de suponer que todo el yacimiento haya servido a las gentes de la zona de
“cantera” opcional para el aprovisionamiento de piedra durante siglos. Además
de los muros conservados, al interior de los recintos aparece un nivel de
relleno de lajas de piedra que aún no sabemos si corresponden al enlosado del
suelo, al desprendimiento de una hipotética cubierta de lajas o, quizá, a
ambos.
Al exterior
del recinto, en la zona oriental, aparece un enlosado que podría corresponder a
un espacio común de paso hacia otros espacios que, si bien no habían aparecido
todavía, se intuían.
Los restos
materiales hallados en la intervención de 2009 fueron muy escasos, quizá por la
acusada acidez del PH del suelo, que haya podido influir negativamente en la
conservación de los mismos. Sin embargo, hay que destacar el material de
hierro, realizado mediante forja de herrero, y un buen número de ladrillos de
arcilla cocidos que formaban parte de un horno de sección circular, ubicado
sobre el nivel de lajas del recinto nº 1, lo cual refleja una ocupación estable
.
Las
estructuras murales puestas al descubierto recordaban desde un principio a los
restos constructivos aparecidos en Aloria, un yacimiento de época romana en el
Valle de Arrastaria, perteneciente también al municipio de Amurrio. La datación
por análisis radiocarbónico ha proporcionado una fecha situada entre los
últimos años del siglo I y finales del siglo II, correspondiente al período
romano de la dinastía Antonina, lo cual ha venido a corroborar nuestras
sospechas iniciales.
Trabajos de
acondicionamiento en 2010
La
importancia del yacimiento arqueológico de Elexazar nos obligó a replantear
nuevas estrategias antes de abordar una segunda campaña de excavación. Así, las
principales actuaciones efectuadas durante el 2010 no han sido de carácter
arqueológico sino de acondicionamiento del área protegida, lo que derivó en
unas necesidades de recursos materiales y humanos que recogimos en un
presupuesto económico, debidamente aprobado por el Ayuntamiento de Amurrio como
propietario del lugar y principal entidad financiera del proyecto.
Estos trabajos de acondicionamiento
consistieron principalmente en:
1-
Realización de un vallado amplio y permanente de todo el perímetro, dotado de
dos accesos al interior, que permitiera preservar el yacimiento de la entrada
de animales y personas que pudieran interferir en los trabajos arqueológicos
posteriores.
2- Desbroce
de toda el área del yacimiento, colmatado de espinos, helechos y otakas,
incluidas determinadas podas a los árboles más altos del recinto.
3-
Contratación de una pequeña máquina excavadora con el fin de desplazar los
montones de piedra y tierra que fueron depositados a lo largo de la primera
campaña de intervención y que, de alguna manera, veíamos que iban a interferir
en el desarrollo de las excavaciones futuras.
La
intervención de 2011
En el
presente año se está desarrollando la II Campaña de excavaciones en Elexazar,
iniciada en el mes de abril. La intervención se está centrando en el desbroce
de toda la capa forestal o superficial del yacimiento, para obtener una visión
en conjunto de toda su planta, estructuras murales y diferentes recintos y
zonas adyacentes. Esto aporta un beneficio a la hora de abordar trabajos
próximos, ya que nos mostrará más claramente las estrategias a seguir.
A día de hoy
tenemos a la vista una gran estructura cuadrangular, de más de 15 metros de
lado, y formada por varios recintos de diferente tamaño, todos ellos
distribuidos en torno a un amplio patio central, siguiendo los modelos
constructivos originarios del arco mediterráneo exportados al resto de
territorios controlados por el Imperio Romano.
Separada de
esta construcción principal por apenas unos metros hacia el norte, encontramos
los muros de otro recinto situado al borde de un talud. Ambas construcciones se
unen por un pasillo de losas localizado al este, utilizadas seguramente para
caminar por ellas y evitar el barro que debía crearse en un terreno tan
arcilloso como el de Elexazar.
Continuamos
sin saber al día de hoy el momento en que surge este asentamiento de época
romana, el momento en que se abandona y el porqué, así como las distintas fases
que pueden operar en él y, lo más importante, la razón de su existencia, sus
objetivos productivos y la función y perfil de las personas que lo pusieron en
marcha y/o que lo atendieron y habitaron.
No obstante
lo dicho, sí tenemos más información que en 2009, al hilo de los últimos
hallazgos y avances en la excavación. En este sentido, hay que mencionar la
abundancia de elementos de hierro, instrumentos, posibles herramientas y
clavos, todos ellos producto de una forja que pudo haberse realizado in situ,
ya que en el referido patio se ha encontrado un yunque de herrero fabricado en
hierro y lo que puede ser –aun por excavar– el horno y taller de forja.
Pero no sólo
hay que mencionar esta posible función relacionada con el afinado secundario
del metal, destinado al trabajo de forja y producción de piezas e instrumentos,
sino otra más primaria de la que se deriva ésta. Así, en la zona del talud
situado al norte del yacimiento, se ha encontrado una masa de hierro de aspecto
redondeada y de cinco kilogramos de peso, resultado de una reducción del
mineral de hierro, presente en afloramientos naturales del entorno del
yacimiento. Se trata de una hipótesis derivada de este hallazgo, ya que falta
por descubrir el horno u hornos de reducción y la abundante escoria que origina
este tipo de labores. Así mismo, se ha hallado escoria de plomo y elementos de
este metal que podrían haberse fabricado in situ, lo cual no sería extraño, si
tenemos en cuenta los afloramientos de blenda y galena localizados y explotados
en la zona de San Antón, en Baranbio, a muy corta distancia de Elexazar y a una
altitud similar.
De ser esto
cierto, estaríamos ante un asentamiento de carácter industrial, relacionado con
la producción de hierro y plomo a partir del propio mineral –ambos presentes en
el entorno–, debidamente mezclado con carbón vegetal –producido con la
abundante madera de los bosques que rodean el yacimiento–, y reducido en
pequeños hornos adecuados para lograr tan altas temperaturas. Además, se
desarrollarían labores de forja y transformación del metal en objetos útiles
y/o lingotes para su posterior comercialización.
Por último,
es de reseñar el carácter funcional y práctico de la arquitectura de este tipo
de establecimientos, diseñada para un fin productivo. No obstante, también
debemos destacar otro tipo de funciones más relacionadas con lo espiritual, a
tenor del ara taurobolio hallado en dos piezas de arenisca dentro del recinto
de la construcción principal. El ara representa la cara de un toro en
bajorrelieve, enmarcado por una doble cuerda rematada en frontón clásico y sin
escritura alguna. Se trataría de un elemento unido al mundo de las creencias,
un símbolo sagrado ante el que orar, sacrificar o pedir la necesaria protección
para el propio individuo y/o para la buena marcha y desarrollo de todas las
tareas desarrolladas en Elexazar.
El proyecto
a futuro
Queremos que
Elexazar se consolide como yacimiento en este 2011, para que pueda ser tenido
en cuenta, en su justa importancia, dentro del panorama arqueológico de época
romana con que contamos no sólo en Álava sino en todo el ámbito vasco y norte
peninsular. Y creemos que sus características constructivas, su situación en
altura y sus posibles objetivos productivos avalan nuestro deseo. Del mismo
modo, habrá que investigar las posibles relaciones habidas con otras áreas y
yacimientos conocidos, como el cercano Aloria, excavado entre 1989 y 1997. Por
todo ello, estamos preparando un proyecto a futuro que consolide nuestras
expectativas, y del cual se dará oportuna información a su debido tiempo.
Para
finalizar, qué mejor que recordar los versos de Luis de Lezama y Urquijo
(1826-1899), el anónimo poeta local que se atrevió a inmortalizar las hazañas
legendarias de Fabián de Mariaka “El Fuerte”. Sin pretenderlo, fue premonitorio
al hacer uso de la tradición oral sobre Elexazar:
"Y todos a dar las gracias
marcharon en procesión
al alto de Lejazar.
Allí adoraron a Dios,
allí existía su iglesia,
según es la tradición
y cuentan padres a hijos
y hay ruinas de tal mansión"
marcharon en procesión
al alto de Lejazar.
Allí adoraron a Dios,
allí existía su iglesia,
según es la tradición
y cuentan padres a hijos
y hay ruinas de tal mansión"
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