Representantes institucionales el día de la inauguración de las jornadas de toponimia. (Foto tomada del Boletín Informativo de Eusko Ikaskuntza)
I
Congreso de Onomástica en Amurrio
El
primer fin de semana (viernes tarde y sábado mañana) del mes de octubre pasado,
con comida incluida, tuvo lugar la celebración del I Congreso de Onomástica
bajo el título “La toponimia: caminos resbaladizos”, con los auspicios de la Asociación Etnográfica AZTARNA Etnografia Elkartea de Amurrio. Era su
primera incursión en los vericuetos de las profundidades de la cultura y más en
este tema de lingüística y toponimia. Solamente hubo un intento al respecto,
hace unos cuantos años, con una conferencia a cargo de un miembro de
Euskaltzaindia. Se espera repetir el próximo año.
Minutos antes del comienzo del I Congreso de Onomástica en la antigua capilla de El Reformatorio. (Donde antes presidía el altar, ahora preside la mesa de conferencias)
Exposición y venta de libros y revistas en el espacio reservado para la recesión, descanso y tentempié de los asistentes
En
estas jornadas que recibieron el patrocinio del Ayuntamiento de Amurrio,
Diputación Foral de Álava y Eusko Jaurlaritza-Gobierno Vasco y la colaboración
organizativa de Eusko Ikaskuntza-Sociedad de Estudios Vascos, los ponentes (investigadores
universitarios, lingüistas y etnógrafos) presentaron y leyeron sus ponencias en
el salón de Actos (antigua capilla) del edificio de El Refor (antiguo
Reformatorio de El Salvador) de Amurrio.
Abrieron
las mismas con unas breves palabras de presentación las y los representantes de
las instituciones patrocinadoras y colaboradoras: Josune Irabien Marigorta, alcaldesa de Amurrio; Carmen Gutiérrez Fraile, en
representación de la Diputación de Álava; Jokin
Azkue Arrastoa por EJ-GV.; Federico
Verástegui Cobián, vicepresidente de Eusko Ikaskuntza y Ramón Zurimendi Abraldes, presidente de
la Asociación Etnográfica AZTARNA Etnografia Elkartea. Todos ellos
agradecieron a los presentes su presencia en las jornadas.
La
primera ponencia correspondió al profesor de la UPV/EHU David Peterson que disertó sobre “Angulo y Ayala en el siglo IX:
Topografía y toponimia”. Época en que Ayala eclesiásticamente formaba parte de
la diócesis de Nájera, cuyo límite occidental ayalés lo definía el río San
Miguel/Angulo/Ibaizabal/Herrerías. Conocido con estos nombres, según el tramo
de lugar por el que discurría.
Todo
enmarcado en el documento de la época que recoge el Becerro Galicano
(Cartulario de San Millán de la Cogolla que recoge los episodios históricos de
los siglos IX al XII), que refiere que en el año 864 el conde Diego Porcelos entrega
al abad Severo y al monasterio de San Felices de Oca varios monasterios y
heredades en Angulo, Ayala y Herrán. Heredades y términos del documento que
quedaron bien reflejados en los mapas topográficos visualizados en la pantalla
con los que el ponente se ayudó y ayudó a
los presentes a ubicarlos http://www.ehu.es/galicano.
Siendo de destacar el lugar de San Juan de Bárcena en Angulo entre los términos
de Las Fuentes y El Solar. http://www2.ign.es/iberpix/visoriberpix/visorign.html
(localizador de mapas).
La
segunda ponencia debía corresponder al profesor de instituto, Rufino Gómez Villar, para disertar
sobre “El alavés en La Demanda” que, por motivo de una enfermedad familiar, no
pudo asistir. Quedando suspendida.
Siguió
en el turno de ponencias la que corrió a cargo de Salvador Velilla, historiador y coordinador cultural jubilado del
Ayuntamiento de Amurrio, además de miembro y colaborador de la Asociación Etnográfica AZTARNA Etnografia Elkartea, bajo el título “El
mapa toponímico de Amurrio: 5 lugares, 10 denominaciones”.
Contrastó
los dos mapas toponímicos publicados por el ayuntamiento amurriarra en 2001 y
2012 en base a la aportación documental de Federico Barrenengoa Arberas.
Abordando algunas de las inexactitudes y errores que el segundo mapa toponímico
refleja respecto al primero.
Así, la
denominación del conocido “Puerto de Orduña” con el topónimo “Puerto de San
Bartolomé” en 2001 y “El Boquete” en el de 2012, u otros lugares: “Puente de La
Torre” (2001) y “Latorre” (2012); “Monte Santiago” (2001) y “Sálvada/Gorobel”
(2012), etc. Así también, propugnó por recuperar la preposición “de” para la
Sierra Salvada, es decir, Sierra de Sálbada (con pronunciación esdrújula) y
desechar “Garobel/Gorobel” que en los últimos años acá, sin apenas
documentación escrita, se ha “impuesto” para denominar a dicha sierra en su versión
eusquérica. (Al respecto pinchar en El
nuevo segundo mapa toponímico del municipio de Amurrio).
Momento de la intervención del ponente Ander Ros
Esto fue en la tarde del viernes con un pequeño receso. La mañana del sábado comenzó con la intervención de José Ignacio Salazar Aretxalde, oriundo de Orduña, historiador y autor de varios libros sobre la historia de dicha Ciudad, que disertó sobre “El historiador frente a la toponimia. El caso de Orduña”.
Así,
fue diferenciando el Saltus, es decir, los pueblos o aldeas que forman
la Junta de Ruzabal (Larruazabal) -Lendoinogoiti, Lendoinobeiti, Mendeika y
Belandia-, cuyos pobladores se dedicaban a la ganadería y a lo forestal, siendo
subsidiaria la agricultura, en donde abunda más la toponimia eusquérica y
relacionada con los medios de producción, como “ola” ferrería, con la ganadería “seles”, gamela iturri (pesebre, bebedero de ganado), con lo forestal Arteaga
(encina), garondo (bosque espeso); del
Ager (valle) donde se asienta la producción agrícola, viñas, etc., en
derredor de la trama urbana que forma la ciudad de Orduña (antes, villa) en él
asentada. Siendo en el Ager donde menos abunda la toponimia eusquérica o más
abunda la castellana, o latina, mejor dicho.
Una
cuestión que sacó a colación fue que el hoy conocido como río Nervión que pasa
bordeando la ciudad urduinarra no aparece documentado con dicho nombre hasta el
siglo XIX y, por el contrario, en documentos anteriores a dicho siglo se le
menciona como “Río Mayor” por ser la arteria principal donde confluyen los ríos
menores. Un posible ejemplo -río Nervión- de ser nombre impuesto, sin
aceptación popular en su momento.
La
siguiente intervención correspondió al ponente Ander Ros que en euskara disertó con el tema “Euskal toponomastika
ofizialaren arazo eta sasi-arazaoak”, abarcando el mismo, entre otros muchas
cuestiones, los nombres clónicos terminados en “-ika”, como Munika, Léndika
(barrio antiguo del pueblo de Murga), Mendeika, Zedélika, Délika.
El salón de Actos (o de conferencias) en un momento de la intervención de uno de los ponentes.
Manuel Ruiz Urrestarazu presenta su ponencia en euskara
Manuel Ruiz Urrestarazu, también en euskara, difundió su trabajo titulado “Landare eta toki izenak” sobre el significado de los nombres de los árboles, etc. Así apreció Hametzaga de ametz: roble negro más tosco que el roble (haritz); ezkametz cuya etimología es un híbrido de árboles. Relación Haritz/Ametz/Ezkametz. Amurrio -lugar de celebración de estas jornadas- que puede derivar o significar: lugar que tiene “amur” (“amur” es el fruto de un árbol cupulífero o el fruto del quercus). Las variantes Urkijo y Urkillo equivalentes al “abedul” castellano. Etc.
Momentos de relax y de intercambio de impresiones
La siguiente comunicación correspondió a Miguel Larreina González, bajo el título “Toponimia alavesa en Rioja Alavesa” dando argumentos para afirmar que en la Rioja de Álava se habló euskara en la Edad Media.
Turno de Miguel Larreina González
A continuación, dando con ello por terminado el apartado de las ponencias presentadas, José Santos de la Iglesia Ugarte, a modo de viaje poético por la toponimia que crece y pervive en el macizo de Itzina deleitó con su aportación “Itxina, los nombres de la niebla”. (Poco a poco se debe desechar la grafía “-tx” de este topónimo por la correcta documentada y ahora aceptada “-tz”).
Para
finalizar, se clausuró este I Congreso de Onomástica con la lectura del Manifiesto
AZTARNA (al final de esta entrada se puede leer íntegro) y el turno de
preguntas entre los asistentes, y la consabida comida de hermandad, para los
que se apuntaron, en el txoko habilitado en los bajos del edificio de El Refor,
colindante con el Museo-Almacén que alimenta e intenta dar a conocer la Asociación Etnográfica AZTARNA Etnografia Elkartea de Amurrio.
A
destacar entre los asistentes a estas jornadas a los conductores de la revista riojana
de cultura popular “Piedra de Rayo” que contra viento y marea lucha para
sortear las zancadillas, presiones y trabas que les pone en el camino el
gobierno de La Rioja.
Se echó
de menos, a pesar del éxito de las jornadas desarrolladas, la participación, o
tan siquiera la asistencia, de Euskaltzaindia-Real Academia de la Lengua Vasca
o, al menos, de la Comisión de Onomásticas de la misma, que a pesar de ser una
entidad privada (en opinión de algunos de los presentes) actúa como única
poseedora de la verdad. Al menos en cuestiones de toponimia.
En fin,
erigiéndose a veces en tuteladora y conductora de relatos que conllevan contradicciones
o contraposiciones en sus afirmaciones. Al respecto, se puede visionar la
entrada El
gentilicio de Amurrio (en su segunda mitad), en la que se muestra un botón
de lo dicho anteriormente. O el ejemplo del libro, supuestamente editado para
recoger los nombres de pila, usados o a usar por la ciudadanía vasca, en donde
hay de todo. Empezando con las contradicciones como acuñar “Ibai (“río” en
general) como apelativo de nombre masculino y, por el contrario, “Itzalde”
(nombre propio del río que discurre por los valles ayaleses de Zuhatza y
Okondo) asimilarlo al femenino. O el calificar, sin más, como nombre de pila
femenino “Zuhatza” diciendo que es un barrio de Aiara/Ayala y una ermita.
Cuando en el pueblo -y no “barrio”- de Zuhatza hay varias ermitas y cada una
con su advocación que, por cierto, no aparecen en dicho libro de nombres de
pila. O -para no cansar- que “Oña” que
lo define como monasterio dúplice, es decir, que está habitado por
una comunidad de religiosos y otra de religiosas y como castillo (fundados
ambos por Sancho III Garcés el Mayor en 1011 y donde yace dicho rey de Navarra),
lo adscribe al género femenino. (Por cierto, hasta se lían con el nombre de los
reyes: Sancho Garcés y Sancho el Mayor).
Resumiendo.
Diccionario de nombres de pila que disecciona los orígenes de los nombres pero
que la adscripción masculino/femenina está al albur de sus autores. En muchos
casos, posibilitando nombres sin sentido y sin criterio ni fundamento.
Ponentes y organizadores posando para la prensa. (Disculpas por la calidad de la imagen)
Para recibir información completa del contenido de las ponencias presentadas a este I Congreso de Onomástica, es de suponer que se pueda acceder a través de la propia Asociación organizadora, a través de su página web http://www.aztarna.es/
Manifiesto AZTARNA
2014
Aiarako Hitza
Nosotras
y nosotros, miembros de la Asociación
Etnográfica AZTARNA Etnografia
Elkartea, desde la humildad de pertenecer a una asociación local, con las
lógicas limitaciones inherentes a nuestra condición, nos dirigimos a quien es
competente en la complicada tarea de normalizar topónimos y denominaciones (¿quién
es?), y manifestamos:
*
La onomástica (nombres de personas, de pueblos, de términos…) no es un mero
amasijo de letras que estruja y amasa la filología…, un conjunto de palabras o
signos que se juntan sin ton ni son. Son nombres que encierran toda una
historia vivida en un tiempo concreto por personas que ocuparon y trabajaron un
determinado espacio. No son propiedad de nadie, pertenecen a toda la sociedad y
todos estamos comprometidos en su conocimiento, conservación y transmisión lo
más fielmente posible. Por ello mismo, ninguna institución debería arrogarse en
solitario el papel de garante en su conocimiento, conservación y transmisión.
*
Los topónimos son parte de nuestro patrimonio inmaterial y de nuestra riqueza
colectiva. Son un elemento vivo y en constante cambio. Corresponde a las
instituciones proteger, acrecentar y transmitir a las generaciones futuras este
patrimonio. Como parte de nuestra identidad debemos darle un adecuado nivel de
protección en la legislación venidera.
Por todo ello:
1-
Creemos que el uso que se ha hecho y se hace de los topónimos, no sólo en el
pasado sino también hoy día, es determinante para su normalización.
2-
Todos los topónimos tienen una historia tras de sí, así que antes de normalizar
un topónimo, sería razonable enviar a las partes interesadas los argumentos que
se han encontrado para propiciar su cambio.
3-
Cuando aparezcan datos que aconsejen cambiar un topónimo, envíense dichos datos
a los responsables locales que, en el más breve espacio de tiempo, los pondrán
en conocimiento de todo el vecindario, para que se hagan las aportaciones y
alegaciones que se vean convenientes.
4-
Acordada la grafía de un topónimo, se contará con la ayuda de expertos locales
para su localización, de modo que se traslade fielmente al mapa que corresponda.
5-
Si un topónimo ha sido cambiado y, pasado un tiempo prudencial, su uso no ha
sido asimilado ni aceptado, se estudiará si conviene o no recuperar su antigua
grafía.
6-
Caso de haber discrepancia con la normativización de un topónimo, se requerirá
un estudio independiente realizado por una comisión formada por tres personas
lingüistas/filólogas, tres personas historiadoras y tres personas geógrafas.
Entre las personas lingüistas, una será especialista en lenguas romances.
7-
Antes de proponer cambios conviene un exhaustivo trabajo de campo y un vaciado
de las fuentes documentales. Amplíese el conjunto de especialistas a la hora de
proponer cambios. La multidisciplinariedad que aporta las visiones de la
filología, la historia, la geografía o la lengua contribuye a aportar distintos
puntos de vista.
Invitamos
a cualquiera de los y las presentes a sumarse a nuestro manifiesto que quiere
ser una invitación integradora con la vocación de superar polémicas estériles y
sumar el valioso esfuerzo de todas y todos.
NOTA03-03-2015
El 28-02-15 fueron colgados en
la página web de la Asociación Etnográfica AZTARNA Etnografia Elkartea (http://www.aztarna.es/) los vídeos donde exponen
los distintos ponentes que acudieron a este I Congreso de Onomástica de
Amurrio.
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