El banco andarín
Tal día lo ves en animada conversación con un congénere de
los que no se mueven de su sitio, incluso a altas horas de la madrugada, tal
otro en compañía de otro.
Frente a frente, en animada conversación, el último día del
caluroso mes de agosto pasado
Así ha andado durante casi todo el mes de agosto y primeros
días de septiembre hasta que esa “libertad” que disfrutaba y que le era negada
al resto de bancos del parque, ha sido cortada desde el pasado día siete de
este mes, cuando unos fornidos –se supone– trabajadores del ayuntamiento han
dado con él. ¿Habría que decir?: ¡Por fin!
Misma instantánea, días después, pero aquí se le ve que ha
congeniado, produciéndose un movimiento de aproximación hacia su congénere
Debía estar resbaladizo o huidizo el juguetón banco andarín
que no se dejaba coger, ni por esas, para ser trasladado a su lugar de adopción,
pero finalmente no ha podido resistirse y ahí está anclado. Eso sí, luciendo
sus nuevos y relucientes tornillos que son la envidia de sus vecinos más
cercanos.