Cuatros ejemplos, cuatro instantáneas de una crisis que lleva tres años azotando, cada vez más a una sociedad española que no sabe o que presiente que lo peor está por venir. Euskal Herria, en abstracto, se salva. Se encuentra menos peor pero va a peor.
Sobran las palabras, pues las imágenes son elocuentes, lo dicen todo. Son ramalazos de denuncia. De realidades contrastables en el día a día. De hechos irrefutables. De falta de credibilidad en los políticos españoles que sólo miran por llenar sus bolsillos.
Así se expresa la denuncia que algún y alguna ciudadana de Amurrio quiso ejemplarizar, colocando estas cuatro fotografías. Copias exactas de una realidad que arroja al abismo del sin futuro a una sociedad, a una generación de hombres y mujeres, que se pregunta qué ha hecho para merecerse este insoportable e injusto castigo.
Esta denuncia apareció colocada en las paredes que dan cobijo en su interior a un “pobre” Banco de cuatro letras, justo –dirás qué casualidad, qué coincidencia– y precisamente, en este día tan entrañable para encontrar la respuesta al presente negro que ya atenaza.
Ayer los y las ciudadanas depositaron su voto. ¿El voto que les sacará de la crisis? ¿Sí?
El tiempo empieza a correr. Ya … … … … …
La meta está ahí, pero al korrikalari vestido de solución no se le ve. Ni de lejos. ¿Será que aún faltan muchos kilómetros hasta la meta-solución?
¿Esperaremos? ... ... ...
¿Esperaremos? ... ... ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario