jueves, 19 de mayo de 2011

La megalomanía del Sr. Alcalde (I)

La megalomanía del Sr. Alcalde o que hacer para que a uno le recuerden toda la vida, dejando su huella perenne  (I)
El municipio de Amurrio ha sido depositario y destinatario de un alcalde que ha ostentado la alcaldía durante 24 años (1987-2011). Dicho alcalde ha sido, y es todavía, Pablo R. Isasi Agirre (Eusko Alkartasuna) que con una gestión basada en parámetros de empresa privada ha dirigido durante estos años con mano firme y personalista el devenir del pueblo de Amurrio y de los nueve pueblos anexionados al municipio homónimo en 1976. (Para otros queda el juzgar si ha sido un alcalde entregado a todos “los amurrianos y amurrianas sin mirar el color del partido” –que le gusta decir–).
Gestión que se habrá notado en el balance de resultados y en los presupuestos de manera positiva, siendo de los pocos Ayuntamientos que cerraba el año fiscal sin números rojos. Pero dicho esto que siempre suena bonito como las grandes palabras, al pisar el suelo y en el día a día de estos 24 años el balance final arroja muchas sombras en relación con lo hecho, no hecho o con lo deshecho.
Habría que decir como preámbulo que como toda persona bisoña en estas lides le puso empeño y tesón y los resultados favorecieron su continuidad en el cargo. Al margen, resaltar la insoportable enemistad, rayando de visceral del PNV, que aquí y en otras partes de Euskal Herria –cuando no ostentan ellos las alcaldías de los ayuntamientos– da la sensación de que le roban algo que, según su pensamiento, es de su propiedad per saécula saeculórum. El PNV quiere actuar siempre de párroco, nunca de coadjutor. Lo lleva en su credo.
Como todo alcalde que en su idolatría desea que le recuerden no sólo realizó lavados de cara del pueblo con obras varias (reformas de plazas, calles, etc.), sino que se propuso llevar a su máxima expresión la frase –atribuida y popularizada por un dirigente socialista español y uno de los artífices de la llamada "modélica transición española"– "A España no la conoce ni la madre que la parió". Esto mismo se propuso Pablo, pero en Amurrio, que no contento con lavados de calles o construcción de nuevas edificaciones, se entretuvo también con el cambio y sustitución de raíz -nunca mejor dicho- de la plantación arbórea; no dejando a ser posible árbol alguno que no fueran los plantados en su mandato. Así, siguiendo esta máxima, se cargó árboles y más árboles, algunos centenarios y singulares. Tal es así que sólo le ha faltado cambiar el nombre al pueblo.
Ayuntamiento de Amurrio en la actualidad
Comenzó las primeras legislaturas suave, mirando el suelo que pisaba, debido a su falta de rodaje. Aunque ya en la tercera legislatura, con mayoría absoluta, pensó que todo el monte era orégano. Así que en 1998 tuvo la osadía de pedir la instalación de una planta industrial de tratamiento de residuos tóxicos para ubicarla en Saratxo, que tras la contestación de oposición, primero del pueblo de Saratxo y el apoyo después con una masiva manifestación de la población de Amurrio y de todo el municipio, hubo de desistir de seguir adelante con el proyecto del que era, junto con su partido, el único valedor.
En lo que respecta a la expansión del pueblo, tras una etapa en los primeros años de inanición del ladrillo, comienzan a alzarse grúas por los rincones del pueblo, prueba de la efervescencia por poner en práctica la ecuación: a más pisos construidos más ingresos para las arcas municipales, en consecuencia, aumento de la población. Aunque esto último no ha llegado a cotas destacadas (1987: 8.500 hab. apróx.; 2010: 9.300 hab.). Eso sí, como municipio –sumando la población de los 9 pueblos anexionados en 1976– ha llegado ¡por fin! a alcanzar y superar la meta tan ansiadamente deseada de los 10.000 hab. (2007) (10.050 hab. en 2010), con los beneficios que ello acarrea (aumento de ingresos, vía Diputación de Álava; pasar de 13 a 17 concejales en esta próxima legislatura, etc.), que le da otro tono, otra tonalidad a la imagen del pueblo de cara al exterior y a quien lo visita. Aumento conseguido gracias a la población saharaui, principalmente, que sin embargo no tiene reconocido el derecho a votar en las elecciones. (Para tener una idea aproximada de la población o del número de habitantes del pueblo de Amurrio –no del municipio– basta con restar +-1100, que es la población que vive en los 9 pueblos anexionados).
Va camino de que pocos recuerden que Amurrio tuvo kiosco de música (nota 1), pues en el año 1999, el último y moderno erigido en 1970, fue demolido, pero con la palabra del Sr. Alcalde de erigir otro inmediatamente con mejores prestaciones para la actuación de los grupos musicales. Incluso afirmó de ubicar la oficina de turismo en los bajos del nuevo kiosco.
¡Ojo! coscorrón al canto
Han pasado 12 años y el pueblo sigue privado de un kiosco estable, teniendo que padecer uno de “pon y quita” que se monta y desmonta cada vez que hay algún acto festivo-cultural.
Dicho derribo vino como consecuencia de las obras de urbanización y remodelación de la plaza del ayuntamiento (Juan Urrutia plaza) –iniciadas en noviembre de 1998– que fue levantada entera, con perímetro nuevo, sustitución de todos los árboles de castaños de indias por tilos, así como todo el Paseo, con sustitución de baldosas y arbolado, apostando para el “recuerdo” (de coscorrones) dos farolas en medio del mismo.
Foto Encinas  El P. de Alava suplemento Ayala  27-09-1998
Hasta las escalinatas de acceso del Ayuntamiento que eran de piedra antigua, fueron sustituidas por otras artificiales. (Instantánea de la tala de los árboles de la plaza)

(Entre 2005-2006, reformó la Casa Consistorial, vaciándola. Conservando sólo las paredes exteriores. El interior, entramado nuevo y nueva distribución física).
El original
El moderno
Con decir que hasta se atrevió (2005) con el escudo que representa al Ayuntamiento. Eso sí, no ahorró en argumentos para justificar la “no” supresión de la corona del escudo, afirmando que no se suprime, que sólo se sustituye por una línea dorada a modo de txapela que la representa esquemáticamente. A parte de eliminación del número de almenas (de las 7 tradicionales se reduce a 3), para así dar luz verde al logotipo que identifique corporativamente al mismo. (Para los curiosos de la historia, decir que la simbología del escudo en su diseño original –muralla y almenas–, se recreó la que sirve de cerramiento del Campo y Mesa de Zaraobe).
En la casa Landazuri regalada al pueblo en 2004 por la familia homónima para dedicarla a la tercera edad, el Ayuntamiento ideó hacer allí el Centro de Día en 2006. Hasta hoy. Eso sí, para tal fin barajó demolerla íntegramente. Veremos que decide la nueva corporación tras estas elecciones.
Dentro del ensalzamiento de su persona también se adentró en la transformación y actualización del callejero del pueblo, que dicho sea de paso lo necesitaba, al igual que la corrección de muchos nombres. Los trabajos se desarrollaron durante 2004, 2005 y 2006, culminando en septiembre de 2007 con la colocación de las nuevas placas. Tanto tiempo cocinándolo y el gasto consiguiente, para dar como resultado nuevas denominaciones, sí, pero algunas absurdas para con el euskara, manteniendo otras erróneas y las placas que las recogen, diseñadas para personas superdotadas de vista, por la pequeñez del formato; con alguna denominación hubo bajada de pantalones ante la presión de la media docena de propietarios de una urbanización privada.
Chalé de los Landazuri
Por otro lado, en este apartado, habría que mencionar también la edición de planos y callejeros editados a cientos en todos los formatos imaginables a lo largo de las seis legislaturas a cual peor, en el sentido de que no se mejoraba el anterior en la corrección de denominaciones de nombres, textos, etc. No ha llegado todavía el día en que se pueda afirmar que la denominación, ubicación o los textos sean fiel reflejo de la realidad histórica como administrativa, tanto del pueblo de Amurrio como del municipio de Amurrio.
Hace años, tras escritos de asociaciones en pro de la accesibilidad y movilidad de las calles de Amurrio, el Ayuntamiento emprendió una loca carrera de rebaje de bordillos para el paso de peatones –los famosos “pasos de cebra”– para habilitarlos también para personas de movilidad reducida. Lo hizo en varias fases y siempre a remolque de las justificadas presiones de las asociaciones de afectados. Fue una fiebre repentina que pronto se le pasó, dando como resultado el desbarajuste de rebajar bordillos de un lado de la calzada sin hacer lo propio con el de enfrente. Ejemplos de esto, hay varios a lo largo del pueblo: frente al B. Guipuzcoano; frente a Garaje YAS (Seat), etc. ¡Hay que tener mala leche!
En los últimos años, en los pasos nuevos, de nueva creación, el criterio seguido, si se le puede llamar eso a la falta de mantener una línea coherente con este tema, ha consistido en rebajar los bordillos de las aceras, en unos tramos de calzada y en otros, elevar los pasos de cebra por medio de la figura del “guardia dormido”. No teniendo un criterio claro a la hora de la colocación de los pasos de cebra. Dejando sine die la rectificación y corrección de la descabellada situación que viven las personas disminuidas de no poder cruzar la calzada por algunos pasos de cebra, ante el desbarajuste descrito líneas más arriba. No cumpliendo así el programa de una movilidad accesible para todos/as. (Continuará en la siguiente entrada)

NOTA 1 Ver artículo aparecido en la rev. Aztarna nº 12 de Junio 1999, que lleva el título "Adiós a un quiosco" de José Antonio Muniozguren, ex secretario del Ayuntamiento amurriarra.

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