La megalomanía del Sr. Alcalde o que hacer para que a uno le recuerden toda la vida, dejando su huella perenne (y IV)
Acatando la sentencia, en mayo de 2009 colocó la bandera española –la conocida piperpoto– en el edificio del Ayuntamiento, pero con la argucia de colocarla en lo alto del tejado con la bicrucífera al otro lado del frontispicio de la fachada. Posteriormente, ante el desgaste y rotura de la española, por las inclemencias del tiempo, se ha procedido a la reposición con dos nuevas banderas, con la particularidad de que la rojigualda es de tamaño menor respecto a la tricolor. (Ver foto, tomada el 15-12-2010). ¿En la siguiente reposición menguará más el tamaño de la misma? (Ahora la española, debido a su menor tamaño y, por tanto, menor peso, airea sus colores al menor soplo de aire, mientras la bicrucífera espera impaciente a que aumente la intensidad del viento para flamear los suyos).
Sustituyéndolas por segunda vez |
Para demostrar la oposición de un Ayuntamiento de mayoría nacionalista vasca –como lo califica el partido que ostenta el gobierno en declaraciones a la prensa– el alcalde, junto a representantes de otros partidos (no todos los del arco municipal), hizo algún acto de desagravio hacia la ikurriña pero con más pinta de paripé que de convicción, como se ha visto en este pasado Aberri Eguna, que ni hubo izada de la misma con la colocación en el balcón consistorial. Fue un día sin demostración y menos de exaltación de la fiesta nacional que tanto dicen defender.
De los bidegorri o carriles-bici, hasta 2003 no sintió la necesidad de prolongar o trazar otros que diesen continuidad al único bidegorri existente de 800 m. que enlazaba San José con las cercanías de la iglesia, diseñado en la etapa de su antecesor Ángel Sasiain “Kirru” (PNV–1979-1987). Por cierto, este trazado casi estaba de adorno o missing por su casi nulo uso. En este tiempo se ha cuadruplicado el número de kilómetros, pero en base a una política fallida, hecha sin mucho entusiasmo, donde los existentes están sin unir, inconexos. Faltando esa continuidad exigida, que propicie que se aparque el coche por el uso de la bici.
Acera nueva y árboles que han sido pasto de la excavadora |