San Antón de Armuru o la Iglesia del Bosque
Bajo
este título iba aparecer el artículo escrito para su publicación en la revista Aztarna de Amurrio que edita la Asociación Etnográfica AZTARNA Etnografia Elkartea que ¡por fin! se
puso a la venta el pasado 16-10-2015,
después de trece meses de ausencia con sus lectoras/es. (En una de las páginas
de la revista se dice que es “semestral”). Sin embargo, según se me dice, era
casi imposible -aunque se intentaría- que apareciera publicado en este último
número de la revista que hace el nº 46.
El
porqué de su publicación en este número era la relación -o mención al menos-
con la realidad presente que había puesto de actualidad el derribo y la nueva
construcción de la estructura de la cubierta en la delantera de la ermita de
San Antonio de Abad, en el Campo de Armuru que se conoce como Plaza de San
Antón. (Por cierto, un toque de atención al Ayuntamiento de Amurrio. Terminado
y urbanizado hace unos meses el entorno sur de la ermita con la nueva cubierta,
los comerciantes ambulantes del mercado de los viernes ¿volverán a este lugar
emblemático,… a este su antiguo espacio?... o ¿no volverán?).
Al
hilo de ello quise hilvanar dicha construcción puntual y el hecho histórico del
lugar con la referencia que se hacía en un artículo publicado en el año 1960 y
que era portada del nº 9 del “periódico del pueblo” Nuevo Amurrio del que la revista Aztarna se siente deudora y continuadora aunque el contenido de
ambos no es el mismo ni abarca lo mismo en todo pero sí en partes del mismo.
(Entre medio subsistió algún tiempo otra u otro, titulado “Lagun”).
El
problema o la no solución para la no publicación en este número, recién salido
a la calle de la revista Aztarna, se circunscribe -en mi humilde opinión- a que
a la vez que se debe articular y propiciar la variedad de artículos también
debería seguirse la premisa de fomentar la aparición de distintos colaboradores
en la revista, al menos, si el momento lo requiere. Evitando que uno o unos pocos
autores inunden o se “apropien” del espacio del paginado de la misma con sus
propias colaboraciones, lo cual no va como crítica ni en detrimento de los
mismos -todo lo contrario- sino en la responsabilidad de la propia Dirección de
la revista.
Y
cuando se cometen faltas de tacto o más bien errores de esta u otra índole como
algunas conculcaciones aparecidas en alguno de los números de la revista ya
editados respecto a sus autores, lo menos que se puede y se debe exigir a la
Dirección de la revista es un acto de humildad, de reconocimiento del error o
daño personal causado y enmendarlo, pidiendo por delante las pertinentes
disculpas. También ha habido otros desencuentros, largos de explicar en estas
líneas. Así, a raíz de la publicación de este número, ha llegado a mis oídos cierto
enfado -por no utilizar palabras más gruesas- en boca de uno de sus articulistas que, si hacemos caso a las palabras que
dejó caer en mi presencia (de las que, por otra parte, no tengo por qué dudar),
demuestra que los hechos en sí son más que graves.
Terminando
ya. Dicho todo lo anterior, no deseando esperar doce meses para que se publique
el artículo alusivo a la ermita de San Antón y la puntual referencia al punto
de medición de la altura en msnm de Amurrio, reservo el espacio y líneas
siguientes para dar cobertura al mismo.
Como
no quiero que se me acuse de escudarme en el anonimato para lanzar las
acusaciones vertidas en esta entrada, tanto las mismas como el artículo que
seguidamente podéis leer, han sido pergeñados y redactados, conscientemente,
por Gontzal Oribe Bárcena.
Nada
más. Mientras se suceden los próximos doce meses para que el artículo vea la
luz en la revista Aztarna (o, tal vez,
no) os invito a su lectura, esperando sea de vuestro agrado,… y
el deseo de que tengáis un buen día.
A
|
llá
por marzo de 1959, nacía en Amurrio una revista o habría que llamarlo un
“suelto” por el número reducido de páginas (entre 4 y 6 páginas). Lleva el
nombre de “Nuevo Amurrio” y tuvo una vida de 4 años. Desde marzo de 1959, en
que apareció el primer número (en el que se explica el porqué de su
nacimiento), hasta el último que lo hizo el nº 33 y fecha de septiembre de
1962. Esto, dicho desde la colección que conserva en sus fondos la Asociación Etnográfica AZTARNA Etnografia Elkartea.
Así
que ya sabemos que en marzo de 1959 hace su presencia en los hogares de Amurrio
el nº 1 (4 páginas), con mancheta de la torre de la iglesia, un pabellón
industrial y el escudo del pueblo -y a la vez municipio- de Amurrio (en
siguientes números, sólo mantuvo la mancheta del escudo) y al PVP de 2 Ptas.
Contenido del mismo, entre otros: el porqué del nacimiento de la revista y
entrevista al alcalde de entonces, Antón de Isla Landázuri.
Ermita de San Antón de Armuru. Estado de la plaza del Campo de Armuru después
del derribo y retirada de la anterior cubierta. (14-02-2015)
En
el nº 2 y siguientes, el paginado subió a 6 páginas y así se mantuvo, con
excepción de alguna que otra vez que llegó a 10 páginas. La tirada -o mejor
dicho el contacto con los lectores o parroquianos amurriarras- era mensual,
salvo excepciones.
Uno
de los ingredientes que de seguro hará mucha ilusión y gustará de saber a los
ATV (amurrianxs de toda la vida) era el epígrafe que hace referencia al
“Movimiento demográfico en Amurrio”, en el que aparece la inscripción de los nombres
(con sus apellidos) de los nacidos, de los que matrimonian y las defunciones en
las fechas de la publicación.
También
era un clásico el principal anuncio que acompañó y patrocinó (y sufragó, en
gran parte, los gastos) a la revista desde su nacimiento: “Licor Karpy”,
acompañado más adelante, en los siguientes números, por el de la “Caja de
Ahorros de Álava” que porfiaba que le confiemos nuestros ahorros en la misma, y
la publicidad de los pocos establecimientos que en esta época existían.
La
imprenta: Gráficas ESET. Seminario de Vitoria, para, al de poco, coger el
relevo Gráficas Amurrio, empresa familiar creada por esta época también y que
hoy día permanece en funcionamiento en la segunda generación. Tamaño y tipo del
papel de impresión de la revista: el folio (de mayor tamaño que el actual DIN
A4, el conocido -y mal llamado- “folio”).
Los
Redactores de la revista eran o pertenecían al círculo cercano (o del entorno)
a la parroquia, que es el elemento que los aglutina, cuando no era el propio
párroco y cierta feligresía la que coadyuvaba a su existencia. Todo ello, en
parte al menos, bajo la aureola de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción
Católica).
Tal
es así que la inserción de artículos que están impregnados de fervorosa fe
cristiana, podría dar a inducir y se la podría tildar de Hoja parroquial pero
era mucho más que eso. Fue un revulsivo para el despertar de las conciencias de
muchos amurrianos y amurrianas ante el Nuevo Amurrio que llamaba a la puerta.
Artículos
estos, y otros generales sobre la vida y los problemas (y soluciones) del
pueblo, así como comentarios o cartas, que suelen ser firmados con pseudónimos
o acrónimos o/y nombres rimbombantes y hasta graciosos e incluso con una simple
letra del abecedario. Eso sí, se decía que cualquiera puede “lanzar el sobre
publicitario por debajo de la puerta de la Biblioteca Municipal” (estaba frente
a la Estación de Servicio Ibárrola, actual sede de la Policía Municipal)
pudiendo, si lo cree necesario, “firmar con seudónimo, pero para su
publicación, el Director debe conocer el nombre que será guardado en secreto”.
El
artículo que a continuación vas a tener el placer de leer, amable lector/a, fue
portada del nº 9 de Enero de 1960, y lleva el título que abre esta pequeña
aportación al recuerdo del Amurrio de Ayer. Lo firma un tal “H.”. Tal vez sea
un pseudónimo, la inicial del nombre o apellido. No lo sé. Sirve también como
tema de actualidad ante la reciente transformación y nueva imagen de la plaza
de San Antón de Armuru.
E
|
n la colina de Armuru, en otro tiempo
lugar despoblado, hoy centro del pueblo, se levanta desde tiempo inmemorial la
impropiamente llamada ermita de San Antonio Abad, cuya vida discurrió a la par
de las Pirámides.
Decimos que se llama
impropiamente ermita, porque con esta denominación se entienden las iglesias en
despoblado (“eremus”, en latín) y por tanto no se puede aplicar a una iglesia
rodeada de vecindario.
En la misma impropiedad
incurrieron los que inventaron la lápida que se colocó en el antiguo hospital
poco antes de la guerra, y que luego se cubrió de cal por razones que
desconocemos. “Baseleizoste” rezaba dicha lápida, palabra que quiere ser una
breve descripción de la situación de la casa. En efecto; descompuesta la
palabreja en sus elementos simples, hallamos: “bas, baso”, bosque, “eleiz”,
iglesia, “oste”, detrás, o sea solar o casa situada detrás de la iglesia del
bosque, situación que corresponde al antiguo hospital que está detrás de la
ermita de San Antón, que si en un tiempo levantó su solitaria silueta en la
despoblada loma de Armuru, hoy está bien arropada de edificaciones: tejavanas
del mercado, carnicería, retretes (1), transformadores, etc. No han estado
remisos los amurrianos en rodear “la iglesia del bosque” de toda clase de
edificaciones y obstáculos que impidan su natural posible crecimiento, paralelo
al que ha experimentado el vecindario a su alrededor.
Ermita de San Antón de Armuru. Estado actual de la plaza, frente a la misma ermita (un tanto semi oculta), después de concluida la colocación de la
nueva cubierta, a falta de algún remate. (05-07-2015)
A principios de este siglo
no había desde Aldayturriaga, pasando por el lugar que hoy ocupa la estación,
hasta San Antón, más que tres casas, la de Aguinaco (2), la de la
Sra. Viuda de P. Acha (3), muy
transformada, y la cárcel (4), siendo
ésta la más antigua, y las tres se servían de un camino, hoy desaparecido, que
pasando por delante de las dos primeras casas citadas iba a dar a la esquina de
la cárcel por los solares que ocupan las casas de Unzueta (5) y Aspiunza (6) y por detrás de las casas de Aldama (7), y luego continuaba por debajo del campanil de San Antón, que tenía su
primitiva entrada por este lado, hoy carnicería (8), seguía por delante del antiguo hospital y cortaba por el jardín de
Pinedo (9) hacia la parroquia. La cárcel, antiguamente
morada de los Sres. de Ugarte-Mariaca, tenía una huerta inmensa que
sucesivamente se fué enagenando por partes hasta llegar a las modestas
proporciones actuales.
El actual templo de San
Antón tiene dos siglos y sustituyó a otro más antiguo, y se edificó con madera
sacada de los montes de Elejazar, como asimismo la ermita de San Silvestre, hoy
de San Roque, y la de San Mamés de Larrimbe, pues los dichos montes entonces
eran comunales de los cinco concejos de Amurrio, Larrimbe, Olávezar, Derendano,
hoy Saracho y Echegoyan.
Por tanto el templo
anterior al actual de San Antón era con toda propiedad ermita, y podía cuadrar
con toda propiedad el nombre de “Baseleizoste” al antiguo hospital, que
cumplida su misión es hoy casa residencial.
En la puerta actual de San
Antón fué arcabuceado por las tropas francesas el día 1.º de Junio de 1811
Tomás de Sagarribay y su cadáver estuvo colgado tres días de un gran nogal que
había en la plaza, entonces campo, de San Antón, y en el mismo campo hacían sus
Juntas Generales los cinco concejos citados para tratar del aprovechamiento y
conservación de los montes comunales, habiéndose acordado en 1570 unas sabias
ordenanzas que tanto contribuyeron a crear una considerable riqueza forestal en
los dilatados montes que disfrutaban en común los cinco pueblos.
La
desconocida señal que marca el punto oficial de la medición de la altura de
Amurrio respecto al nivel del mar en la ciudad de Alicante… y otras
curiosidades varias
L
|
eído
el anterior artículo publicado en la revista “Nuevo Amurrio” traído a las
páginas de la revista “Aztarna” (en cierta medida sucesora actual de la
anterior) en recuerdo y homenaje a la ermita de San Antón y su entorno (de
actualidad este año con motivo de la nueva imagen que representa todo el conjunto
con la nueva cubierta en el Campo de Armuru), finalizo deslizando algunas
curiosidades que el acólito de la iglesia de Santa María de Amurrio, Miguel Ángel, me “confesó”, ante mi
afán por descubrir dónde se ubica el -digamos- vértice geodésico donde se midió
la altitud del pueblo de Amurrio respecto al nivel del mar en Alicante. “Desde
niño tenía oído a los curas mayores
la marca que señala dicha medición” –me dice. (La fotografía que acompaña el
texto es fiel reflejo de dónde está o dónde se ubica dicho “vértice”).
Agujero enmarcado, hecho en la losa de
piedra, a la entrada porticada de la iglesia de Santa María de Amurrio. (Hace de piedra señalética de la altitud de Amurrio respecto al nivel del mar)
En
la conversación también salió a relucir, por ejemplo, que antiguamente, debajo
del suelo de la parroquia de Amurrio, solían echar la escarabilla de los
trenes, es decir, restos de carbón que no había prendido o quemado totalmente,
el cual era utilizado como componente para absorber la humedad por su
propiedades de elevado poder calorífico y porosidad; o que los enterramientos
existentes hasta no hace muchos años en el suelo de la iglesia estaban sellados
por losetas de piedra como las que cubren el pórtico abierto de la misma para,
tiempos después, cubrirse de madera con tableros de listones y, actualmente,
finalizadas las obras de introducción de la calefacción, serlo de embaldosado.
Un
ejemplo de lo anterior es el proceso de cubrición del suelo de las ermitas de
San Antón de Armuru y San Roque (San Silvestre de Artza), y otras a lo largo de
los tiempos, que en un principio es de ladrillo compacto, para seguir con las
losetas de piedra, continuar con listones de madera (que perdura en la ermita
de San Antón) y finalmente, en los tiempos actuales, la baldosa (caso de la
ermita de San Roque, tras su reforma).
También
me explicó que los feligreses de la parroquia solían llevar manojos de hierba
seca para amortiguar el dolor del arrodillamiento en las diversas fases de la
celebración litúrgica como ante la elevación de la hostia, del cáliz, etc.
NOTAS
1.
Estaban situados al lado norte de la ermita de San Antón de Armuru.
2. Es
la casa que está frente a la estación del ff. cc. y delante del chalé del
indiano Justo Saratxaga Ugarte
(actual residencia de las monjas de las Hermanas de la Caridad de la Virgen
Niña, cuyo colegio le es anexo). Esta casa anteriormente fue de postas con
entrada de carruajes y caballerías por la puerta principal.
3. Es
la siguiente a la anterior, cuyo propietario era Juan José “Pepe” Acha Barañano. Actualmente, tras la donación de
sus dueños, alberga la escuela de párvulos del Colegio de la Virgen Niña.
4. Fue
cárcel y sede del Juzgado. Actualmente todo el edificio lo ocupa la Kultur
Etxea, desde 1983.
5. Es
la casa de Pilar Unzueta. Entre el
actual Hotel Aldama y el edificio, ahora rehabilitado, que fue Fonda y Pensión
Ibarrondo y, más tarde, Restaurante Urrutia.
6.
Estaba levantada en la amplia finca que, en los años 70, se transformó en un
bloque de viviendas de varios portales desde el actual “Carrefour Express”
hasta el “Locutorio Amurrio”.
7. Es
el espacio (más-menos) que ocupan la oficina de Correos y Telégrafos, la tienda
Modas Abascal y el resto de la manzana. (Las edificaciones referidas en los
puntos 2, 3, 5, 6 y 7 se encuentran -algunas han desaparecido- en la actual
“Dionisio Aldama kalea” o calle de la Estación. Nombre de la calle dedicada al
recuerdo de Dionisio Aldama y Aldama
que fue Presidente de la Diputación de Álava y fundador de la Caja de Ahorros
Provincial de Álava).
8. Fue
la primera que con los años, y décadas después, dio origen al pequeño “emporio”
de industrias cárnicas, con la apertura de varias carnicerías, creado por la
unión y buena armonía de los Hermanos
Burutxaga. Esta primera carnicería la abrió su padre, estando adosada a la
pared de la ermita debajo de la espadaña o campanil. Muchos años antes de tal
hecho se accedía al interior de la ermita por debajo del coro a través de la
puerta situada en este lado del templo. (Se puede ver el sellado posterior de
esta entrada, así como restos de la descarga de la estructura de la
carnicería). Hay que decir, que si bien fue la primera carnicería de la familia
Burutxaga no fue la primera de Amurrio ya que, anteriormente a esta, hubo otra
en las cercanías, frente a la entrada actual a la ermita pero exenta a la
misma.
9. Hoy
su lugar está ocupado por un pequeño parque infantil y el edificio de viviendas
que alberga la Caja Rural de Navarra, Cafetería San Antón, Calzados Urrutia,
etc.
Como
curiosidad y para el conocimiento del trasiego habido con el derribo de la
anterior cubierta y la puesta de la nueva en el Campo de Armuru donde se alza
la ermita de San Antón de su nombre, el lector/a puede acceder pinchando en este blog, en el apartado “etiquetas”, la palabra “Armuru” (al final de la margen derecha de la página) o escribiendo
dicha palabra en el buscador (“búsqueda”) que viene al principio de dicho margen.
NOTA FINAL
Como última curiosidad y final de esta entrada, añadamos que en la década de los 70 del siglo pasado, esta ermita o iglesia del bosque estuvo a punto de desaparecer en las fauces del “progreso”.Su
lugar estaba reservado para la edificación de un bloque de viviendas de
considerable altura –¿7?, creo–, recolocando en sus bajos el “sustituto” de la
ermita. En el ayuntamiento se conservan los planos del alzado de dicho edificio
que, de haber sido realidad, hubiera borrado otra página de la historia de
Amurrio.
Afortunadamente
no fue así y Amurrio puede presumir de tener una ermita, una iglesia, con
solera de siglos y en uno de los centros neurálgicos del pueblo.
Por
otro lado, hubo voces –en las que nosotros nos incluimos– que, desaparecido el
mamotreto que ocultaba la ermita y visto que el espacio ganaba en luminosidad y
la misma ermita se resaltaba así misma tras la demolición de la cubierta que la
ocultaba, pensamos que bien se podría haber dejado así: sin nada que le diese
sombra, con algunos jardines floridos, paseos de paso y bancos de relax y
descanso.
Y
la nueva cubierta, para cobijar el mercado de los viernes y otros actos a lo
largo del año, trasladarla muy cerca de este lugar: en el espacio de terreno, de
momento, yermo y muerto, situado a unos metros, junto a un lateral de Kultura Etxea. Manteniendo de esta
manera la cercanía al lugar original de celebración de dicho mercado mañanero
de los viernes semanales.
Del 14/02/2015
Del 09/05/2015
Del 20/06/2015
Del 05/07/2015
Del 28/08/2015
En el día de ayer (10-01-17) se ha puesto a la venta el nº 47 de la revista Aztarna, 15 meses después del anterior número en el que por motivos aquí explicados no salió publicado este artículo arriba referenciado.
Ahora sí parece haber tenido cabida el mismo. Omitiendo la nota: "Por motivos de espacio este artículo no tuvo cabida en el anterior número, quedando pospuesto para ser publicado en el presente número. Pedimos disculpas a su autor".
NOTA 15-02-2019
Antes de ayer, día 13 de febrero, tuvo lugar el
fallecimiento de Miguel Ángel, al que debo la información de la segunda parte
de esta entrada. Q. E. P. D.
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