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Caserío Azkarraga en su estado actual de total abandono |
Te miro y veo el paso del tiempo.
Tus viejas paredes a duras penas te aguantan.
El frío en tu interior me transmite desolación.
Tus días están contados.
Fuiste y ya no eres, mejor acabar hoy, para no estorbar mañana.
Tu amo te cuidaba, tú me cuidabas.
Tu amo se fue, tú detrás de él.
Hasta pronto querido amigo.
Alegato poético al caserío de Amurrio que se encuentra en la intersección de “Mendiko kalea” y “Felix Murga kalea”, al lado del parque Pitiminí, conocido con el nombre “Azkarraga”, recibido de su antiguo morador. Poema salido de la pluma de un poeta de la Cuadrilla de Lezama, en la Tierra de Ayala. (Escrito poético de Mayo de 2008).
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Foto extraída y escaneada del plano de Amurrio 1998 |
Poesía que es extensible a todos los caseríos de Aiara/Ayala dejados en el más absoluto abandono y olvido, por la desidia de sus dueños o por la nula política o manifiesta desaprensión de los gobiernos municipales que actúan en su contra. En muchos casos derribándolos sin miramientos, para construir no se sabe qué adefesio de edificación moderna.
Caserío deshabitado cerca de una década y que estuvo habitado por el matrimonio formado por Claudio Azkarraga y Julita Cuadra. A Azkarraga muchos le recordarán por su indumentaria. Casi siempre se le veía con camisa incluso en los días del año en que el tiempo exigía ir abrigado. Solía llevar una camisa sobre otra, pero, eso sí, con las mangas remangadas. Un gran tipo, dicharachero, amable en la conversación.
Dos instantáneas del
lamentable estado del caserío en noviembre de 2011
Siempre al pasar junto al caserío, si te lo encontrabas trabajando la pequeña huerta que había delante, enseguida detenía su labor e iniciaba una fluida conversación de cualquier tema que surgiese en ese momento.
Caserío que, siendo la excepción a la norma, fue comprado, hace algunos años, por el gobierno municipal de la anterior corporación, sufriendo, hasta hoy día, estoicamente las rasgaduras que el paso del tiempo le produce en su pétreo cuerpo.
Está moribundo, aunque resiste, pero… ¿se salvará?... El tiempo lo dirá.
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Otro ejemplo de caserío que parece también tener sus días contados –este de propiedad privada– es el que se encuentra en el barrio Ugarte, a la entrada de Amurrio, viniendo de Lezama y Larrinbe. Caserío que, por cierto, puede presumir de estar asociado con la antigua Casa de los Ugarte, una de las familias protagonistas en las luchas de bandería entre Oñacinos y Gamboínos que se dieron en plena Edad Media.