lunes, 15 de marzo de 2021

Cuando se quiere se puede. Y la invasión de las invasoras invasivas


Cuando se quiere se puede. Y la invasión de las invasoras invasivas

Título que resume dos hechos recientes que tienen al término de Amurrio de solar y protagonista de los mismos.

Este día (19/02/2021) nos decidimos a dar una vuelta por los alrededores de Amurrio. En concreto por el territorio medieval de Mariaka, según atestiguan los documentos históricos de la época y la reminiscencia del edificio del lugar, y por el área protegida del monte Kuskumendi y su perímetro.

Salimos al encuentro de los citados lugares y espacios naturales por el barrio Olako que, por el puente de su nombre y el camino de los lobos, comunica con los barrios Abiaga y Orue, pasando junto al rejuvenecido caserío “Basiona”. (Nuestro querido amigo Patxi, un día de estos, nos sorprenderá con la tabla labrada con su nombre en la fachada del mismo).

En el final de este último barrio citado y, estando sobre el puente que evita el pequeño río Mariaka, observamos que el molino de su nombre, todavía pervive a través de algunas de sus paredes que permanecen en pie, junto a alguno de los rodetes que, propulsados por la acción del agua, hacían funcionar el mismo.

 

 

 

 

 

 

El no hace mucho instalado puente de madera para salvar el río Mariaka

 

Qué bien haría el Ayuntamiento de Amurrio si pusiera sus ojos en este lugar, recuperándolo en lo que fuera posible, recordando el molino de Orue, que fue víctima de las riadas de 1983. Junto al entorno que lo rodea a ambos márgenes del río Mariaka bien pudiera adecentarlo como zona de esparcimiento, a modo de merendero, ocio y distraimiento del vecindario amurriarra. Propuesta que se hizo en este blog, en la entrada del 17/05/2015, con motivo de las elecciones municipales de ese año, que se puede acceder a través de este enlace amurriodenuncianuncia.blogspot.com/2015/05/algunas-propuestas-de-la-ciudadania.

 

 

Dos vistas distintas del caserío Mariaka y anexo

 

Desde aquí comenzamos nuestro itinerario de hoy que tiene como primera parada el espacioso lugar del entorno de Mariaka, con su torre medieval amochada y convertida en caserío y su escudo de armas que preside el dintel de la puerta de la planta baja. Fue morada última, en la segunda mitad del siglo pasado, de la familia Altube-Aldai.

Pero antes de partir de este punto de Orue, recordar que hace unos años hubo unos seres extraños que habitaron el arroyo, pequeño cauce de agua que discurre y muere en el río Mariaka en los días de copiosa lluvia. (Ver enlace Extraños seres habitan Orue auzoan).

Iniciado el camino forestal desde este punto comentado, que transcurre por Magalzar de Abajo, pocos minutos después nos topamos con el cauce del río Mariaka que, si bien recibe este nombre desde su paso por dicho lugar, es sumidero de distintos riachuelos y arroyos que, desde cotas superiores, transportan y derraman el agua al mismo.

 

 

 

Mariaka omnipresente

 

Mariaka visto desde el río Pagatza al que bien le vendría un paso de madera para cruzarlo en días de mucho caudal

 

Pues bien, siempre que se ha transitado por este recorrido nos tocaba saltar de piedra en piedra para sortear el fluir del agua del río. A veces, cuando llevaba más agua, se hacía del todo imposible, a no ser que tuvieras una agilidad especial o te las ingeniases tomando otras alternativas. Ahora, en cambio, ya no es necesario ni ser ágil ni precavido para salvar este obstáculo natural, ya que, fuera del cauce natural del camino que cruza el río, ha sido levantado un rústico puente de madera –¡años que se demandaba el mismo!– que salva el cambio de orilla del río.

 

 

 

Vista panorámica de Mariaka y su entorno, descollando al fondo, sobresaliendo, el eucaliptal del que tratamos en esta entrada, en una foto con dron de Jon Piedra

 

 

 

Y ¿a qué ha sido debido la construcción del mismo? Con toda probabilidad, al diseño de un recorrido circular que partiendo de Bainueta Kiroldegia (Polideportivo municipal) (ver el mapa junto al mismo) recorre toda esta área NE de Amurrio que tiene uno de sus puntos más altos en la cima de Aspaltza de la que toma el nombre dicho circuito.

Si no fuera por este nuevo recorrido, por esta circular marcada y señalizada, seguramente estaríamos hoy saltando de piedra en piedra en época de menor pluviosidad para salvar el cauce del río.

 

 

Portada de la revista de información municipal "Hauxe da" que edita el propio Ayto. de Amurrio, dando cuenta del recorrido circular  "Aspaltza", inaugurado pocos meses atrás


Alabando el buen hacer y respeto al instalar dicho puente en este lugar, ello contrasta con la sinrazón y falta de respeto que el propio ayuntamiento tuvo con la destrucción de un rudimentario puente que salvaba el pequeño riachuelo Altarraketa, cerca del barrio Padura en Larrinbe y que en lugar de sustituirlo por otro del estilo del reciente de Mariaka, se atrevió a cementar el propio cauce del río para beneficio de vehículos y en perjuicio del hábitat natural y fluvial de los seres anfibios del lugar. Y, secundariamente, de la ciudadanía amurriarra andarina que se vio privada del elemento –¡precario puente rústico, eso sí!– que hacía que la misma no tuviese que titubear en el momento de cruzar el cauce fluvial de dicho río. (Ver, al respecto, el enlace “Padura” en Larrinbe y “Pardio” en Amurrio que describe, entre otras situaciones y recorridos, la situación relatada).

Dejando atrás la antigua torre de Mariaka, nos volvimos a encontrar con el mismo río visto más abajo que venía de cotas más altas. Eso nos parecía, aunque este recibe el nombre Pagatza por provenir del monte y barranco de su mismo nombre, en las proximidades del barrio Aldama. ¡Qué casualidad! Aquí la comprensión del Ayuntamiento no ha llegado y el vadear del río se hace cuando sus aguas bajan sin mucho caudal, sorteándolo sobre algunas piedras que hacen de puente.

Puente, uno de madera, que sería bien recibido, sí algún día se conciencian de su necesidad para el paseo y distraimiento de la vecindad amurriarra y foránea que nos visite y desee disfrutar de este paraje natural y, a la vez, histórico.

 

 

 

 

 

 

El paisaje hasta ahora conocido, si no se remedia, de aquí a unos años, cambiará drásticamente, "gracias" desgraciadamente, a la plantación de esta especie invasora del hábitat natural nuestro


Vadeado el mismo, iniciamos lo que comúnmente se dice y se hace cuando tomamos una decisión de alcanzar y hollar cimas por pequeñas que éstas sean. Es decir, comenzamos a subir, ascendiendo metros y cotas de nivel que nos lleven a lo más alto.

Cogemos uno de los caminos que, en principio creíamos que nos llevaría al barrio Pardio, adornado y envuelto ahora de viñedos, de viñas y cepas de uvas de las que se elabora el conocido y revitalizado txakolina, pero no fue así, aunque a la vuelta sí acertamos con el aserto anterior. 

El camino nos condujo por la parte de atrás, es decir, rodeando dicho barrio y caserío de su nombre y nos descubrió, ante nuestro asombro e ignorancia, que una planta invasiva, de importación y dañina al ecosistema autóctono, llevaba un tiempo con sus reales posaderas (im)plantadas en las dos laderas que se deslizan y confluyen a izquierda y derecha del camino, guía de nuestro ascenso de este día.

 

 

 

 

 

 

 

Esta planta es el eucalipto, que arrasa el norte peninsular de Galicia a Bizkaia, principalmente, y que se adentra ahora en los montes de Amurrio, como demuestra este eucaliptal en las cercanías del caserío Pardio

 

El mismo, casi aparecía empequeñecido ante el joven y espabilado eucalipto de crecimiento rápido –¡dicen que en apenas 13 años se desarrolla plenamente!– que había tomado posesión de ambas dos laderas. Y esto sólo es el principio de lo que se nos viene encima, que dará paso a la desaparición de la diversidad de insectos y animales, improductividad del suelo a otras plantas y hierbas y a la desecación de los cauces fluviales del subsuelo. Así, algún medio de comunicación lo ha llamado “el árbol maldito para nuestros bosques y ríos”; proponiendo “fijar fronteras a la creciente e imparable expansión de esta especie tan nociva” que “funciona como una especie de herbicida sobre la superficie boscosa y la comunidad microbiana”.

Las alarmas se han encendido. Estamos a tiempo de que esta invasión de plantas invasivas no se propague más y se detenga. El Ayuntamiento de Amurrio tiene resortes políticos y jurídicos para evitar o, al menos, paliar que el desastre natural se generalice.

Para ello, por otro lado, en aras de concienciar a la ciudadanía amurriarra y ayalesa, ha nacido y se ha creado una asociación en defensa de nuestros montes y en contra de esta nefasta política de enriquecimiento rápido que no repara en costes medioambientales ni de ningún otro tipo.

“Uhandre. Amurrioko Baso Biziak” es la correa de transmisión para hacer frente, pero, sobre todo, para concienciar que las plantaciones de eucaliptos, a medio y largo plazo, sólo crearán la degradación y muerte de nuestros montes y ecosistemas naturales. Uhandre en lengua bascongada hace referencia al tritón: anfibio parecido a la salamandra que es ágil en el agua y torpe en tierra. Dicha iniciativa ciudadana se ha dado a conocer recientemente. A través de este enlace se pueden saber las motivaciones que han movido para su nacimiento www.noticiasdealava.eus/araba/2021/02/21/eucalipto-seria-amenaza-ecosistema-alava.

Dicha asociación, hace un llamamiento a todos nosotrxs, conscientes de los males que traerá a la biodiversidad y biotipos de los terrenos o montes donde se asiente dicha planta invasiva para que aunemos ganas y esfuerzos en pro del bien general del que nos beneficiemos todxs.

 

 

 

Portada de la Agenda 21 de 2007 que representa una de las visitas guiadas al Parque forestal Kuskumendi-Goikomendi con el panel informativo de avanzadilla

Dicho panel en la actualidad está inservible, pues toda la información que recoge de los montes del horizonte está borrada o es ininteligible

 

Después de aguantar y soportar la mirada agresiva del y de los eucaliptos que comprimen y cercan nuestro camino de subida, conseguimos salir al camino que viene del caserío Pardio y que nos llevará en dirección del monte Kuskumendi y su entorno perimetral más cercano, denominado Parque forestal Kuskumendi-Goikomendi, protegido por la normativa del ayuntamiento amurriarra como espacio forestal de especial protección.

Iniciado el ascenso, dejando ya de lado el camino anterior, se contempla, en la actualidad, que la ladera de inicio ha sido totalmente talada del arbolado (pino, principalmente) que, hasta no hace mucho, mantenía en pie.

Alcanzada algo más de la mitad de la ladera del monte, un panel nos refresca la lectura de los montes y cimas que desde el mirador del mismo se contemplan en el horizonte que encierra la sierra de Sálbada.

Desgraciadamente, ni lo uno ni lo otro. Los nombres de las cimas están borrosos cuando no borrados –el panel sufre del abandono y desidia institucional, años después de su instalación en la inauguración de este espacio protegido– y el horizonte hoy día es casi inexistente pues el crecimiento del arbolado pinar ladera abajo, hacen que el mismo quede casi cortado, desaparecido; visualmente, borrado también.

 

 

Cima del monte Kuskumendi, con el mirador y los dos paneles y el buzón montañero, colocado por el club de la localidad Mendiko Lagunak

 

Llegamos a la cima de Kuskumendi (594 msnm) por una de las sendas que, a intervalos, nos va informando de los nombres de los árboles y el beneficio de sus hojas y corteza que a nuestro paso se presentan.

Desde dicha cima, también antes se divisaba la vista de algunos de los caseríos del barrio Aldama que ahora, apenas se dejan ver por el rápido crecimiento del arbolado que se interpone entre los dos entornos naturales. (Si algún lector/a está interesado/a en los nombres y toponimia de los caseríos de Aldama que, junto a la ermita de San Simón y San Judas, conformaban un espacio humanizado décadas atrás, puede adentrarse y leer El barrio Aldama de Amurrio y la devoción a los Santos Simón y Judas en este mismo blog o acceder al artículo publicado en la revista Aztarna de Amurrio aztarna.es/revistas/aztarna-49 -pp. 31-34-. También se puede enlazar con la entrada escapada-mananera-aspaltza-y-eskorla que refiere una salida a las cimas de Aspaltza y Eskorla; esta última tenida como la cima de mayor altura del pueblo de Amurrio –no confundir con el municipio del mismo nombre–).

Una curiosidad en relación a la transcripción exacta del nombre de esta cima y perímetro circundante. Resulta que, en su momento, cuando se intervino este entorno por el Ayuntamiento de Amurrio para su protección, se escribió Kuxkumendi con “x” (así aparece en los paneles informativos) con lo que ello ha dado lugar a alguna interpretación curiosa. Destacando la que lo traduce como el “Monte de los cotilleos o cuchicheos” derivado de la palabra kuxkuxero (persona que cotillea, curiosea, fisga, etc.) Es decir, es el monte “cotilla” de Amurrio, si es que los montes hablan ¡claro!

Al respecto, hago aquí un inciso aclaratorio para trasladar lo que ya hace unos años, por correo electrónico, nos transmitió el reconocido investigador de la etnografía del País, Felix Mugurutza, respecto a la etimología o significado de este topónimo y el error cometido, en su momento, con la transcripción gráfica del mismo en paneles informativos municipales que aún perduran, aunque no así en el mapa toponímico, afortunadamente. Dice así: “He mirado la web municipal y también se usa el nombre así (kuXkumendi), con “x”, en recorridos de senderismo, etc. Sobra decir que no hay razón alguna para usar una “x” ya que ni se documenta ni se pronuncia así. En su lugar habría que usar KUSKUMENDI. Sin duda la gente ha hecho una equívoca asimilación mental con “kuxkuxean ibili”, “kuxkuxero” (cotilleo, cotilla).

Apostaría que en origen es un Kukuzmendi (kukutza + mendi: ‘loma de monte afilado, en forma de loma de burro’) con una metátesis (cambio de lugar de los sonidos). Pero como no hay un estudio documental hecho, por prudencia, lo mantendremos tal cual.

Kukutza son aquellas “líneas cumbreras que se asemejan al lomo de un burro” (así me lo describió un buen informante de Orozko en 2001, Luis Olivares Urquijo).

Sin duda, es el perfil que tiene ese monte visto desde abajo, desde el entorno de Mariaka.

Pero las interpretaciones populares tienen de las suyas en la toponimia (Goiko larraina > Hueco (de) la Reina...) y el caso de KuXkumendi es uno de esos”.

Nosotros, descendemos de Kuskumendi con “s” a la base o lugar de inicio del recorrido de las personas que se acercan en bus o vehículos particulares en donde un amplio panel da la bienvenida, explicando lo que se puede ver y contemplar en este entorno natural.

Cerca de aquí está la cima del monte Goikomendi, que forma parte también de esta zona protegida, a cuyos pies se asienta la representación con la construcción misma de una carbonera que en los últimos años, especialmente en Navidad, sirve de encuentro y unión con el lugar de trabajo de nuestro querido Olentzero (Olentzaro, Onentzaro), de entrañables recuerdos para niñas y niños y también mayores. Recreación carbonera e interpretación del medio en este entorno natural protegido.

El Ayuntamiento de Amurrio en las navidades pasadas informó del peligro que corría de derrumbe la instalación de la carbonera. Se cura en salud, avisando y aconsejando no andar por su cercanía y con eso cree el ayuntamiento amurriarra que ya ha cumplido.

¿Dejará que se caiga? ¿Intervendrá antes de su caída, reforzando y paliando su destrucción? La respuesta será ¡pensar mal y acertarás!, pues nos tiene acostumbrados con otros hechos ocurridos en el municipio. ¡Ojalá! nos equivoquemos.

 

Nueva señalética para andar y no perderse por el recorrido circular PR-A 37 o Aspaltza

 

Caserío Pardio de Arriba, manteniéndose en pie y presumiendo de su gallardía rural

 

Como la salida de hoy era más un paseo y el tiempo y la hora de comer se echaban encima, no proseguimos hacia Goikomendi y menos a Aspaltza o Peña Negra, ni retornamos por el barrio Aldama, sino que, desde el gran panel informativo, enfilamos por la casi carretera que desciende hasta el barrio y caserío Askargan (deformación o contracción de Askarragan) en el pueblo de Larrinbe. No obstante, mucho antes, nos desviaremos.

 

 

Fachada del mismo orientada al mediodía

Suelo de acceso empedrado, ahora oculto por el abandono y el paso del tiempo

 

Así, al poco de tomar este camino de grijo bien prensado y apisonado, vemos en la distancia a unos jóvenes en labores forestales, contratados, eventual y espontáneamente, por el Ayuntamiento de Amurrio para paliar las bolsas del Paro del municipio.

 

 

Acceso al pozo, ahora con aliviadero de desagüe del agua acumulada


Interior del mismo inundado de agua, dudando si dicha construcción menor, no haría las veces de fresquera para conservación de alimentos 

 

Nuestra idea es dirigirnos al barrio Pardio y para ello, dejando atrás a los jóvenes trabajadores forestales, cogemos un camino que creíamos que nos llevaría a las postrimerías del citado barrio. Craso error y error de cálculo pues dicho camino era en otro desvío, carretera más abajo del que cogimos que, por cierto, se veía que había dejado de transitarse tanto por vehículos como por personas. No obstante, se mantenía el relieve del mismo, aunque con obstáculos varios de otakas (“árgoma”, en castellano) y maleza que obligaba a maniobrar los pies y cuerpo.

Al final, para sorpresa o disgusto nuestro, salimos a parar ladera abajo de la falda de Kuskumendi, cruzándonos con un korrikalari al que eso de andar no entraba en sus planes de esta tranquila mañana.

 

 

 

 

 

 

 

Las paredes que limitaban el antiguo camino, aún se dejan ver. Aquí estaba el caserío Pardio de Abajo

Otra panorámica con los eucaliptos invasores, poco después de rebasar y dejar atrás Pardio

Salimos al camino anteriormente transitado en la ida y, retrocediendo por el mismo, nos acercamos al caserío Pardio que se mantiene en pie y está en venta.

Del mismo, siempre que nos acercamos, nos asombra que aún se mantenga en pie la techumbre (no se ha derrumbado) que cubre el pozo que servía para mantener y hacer de fresquera de los alimentos que en él se guardaban. O eso creemos.

Al mismo se accede por unos escalones que se adentran y descienden a su interior; dejando ver la techumbre soportada con madero vertical asentado en el suelo que, desde siempre, ya abandonado, está inundado de agua. Tal vez estemos equivocados y sea patín. Hoy hemos visto que se ha hecho un aliviadero con teja y surco excavado para que el agua superficial del mismo vaya evacuando.

Otra cosa que siempre nos ha llamado la atención es la cruz en relieve labrada en piedra que luce en lo alto la cabaña contigua al caserío. Siendo una idea extendida que, tal vez, pueda provenir dicha piedra labrada de la antigua ermita de San Pedro que formaba parte del coto redondo de la torre y apellido Mariaka que se ubica cerca del barrio Pardio. aunque unos cientos de metros más abajo.

 

Entramos en el robledal Jaro de Pardio y restos de pared del vivero

 

Robles muertos para uso doméstico o comercial

 

 Después de recibir y contemplar la fachada orientada al mediodía de este caserío, descendemos por el camino que discurre frente al mismo y, en un llano de éste, se desliza ladera abajo, a nuestra izquierda, una plantación joven de viñedos de producción de uva txakolina.

Aquí también se perciben los restos del antiguo camino y las paredes de piedra que a ambos lados lo constreñían. Hasta hace unos años se mantenían en pie algunos restos de las paredes de otro caserío del mismo barrio, Pardio de Abajo, que fueron borrados de la faz de la Tierra para la plantación de los viñedos que producen el citado rico txakolina.

 

 

Más restos de una de las paredes del vivero que cercaban el perímetro protegido del ataque de los animales 

 

Final del recorrido (o inicio del mismo) cerca de las ruinas del molino de Orue

Seguimos descendiendo por este camino semiasfaltado para adentrarnos en el Jaro de Pardio, robledal autóctono con antiguos robles, algunos a punto de morir y ser pasto de leña, pero que nosotros no lo cruzamos sino que llegando a la altura del antiguo vivero de su mismo nombre, amurallado con pared de piedra construido como plantación y rejuvenecimiento del monte, nos salimos del camino y bordeando por detrás el vivero citado, vamos descendiendo por otro camino menos principal hasta dar con otro camino que, previo paso del río de la ida, nos acerca a Mariaka y, poco después, volver al Amurrio urbano por donde habíamos iniciado la travesía del día de hoy.

 

 

 

En las confluencias de los barrios Abiaga y Orue de Amurrio, asoma este puente "medieval" que, en otro tiempo, evitaba el pequeño riachuelo que discurre por debajo




NOTA 22-03-2021

La plataforma Baso Biziak convoca a los y las usuarias y amigas de los montes vascos a una concentración que tendrá lugar el próximo miércoles, 24 de marzo, a las 16:45 horas en el Antzokia de Amurrio, para denunciar el "impacto negativo y el peligro de la expansión del eucalipto en los montes vascos".

Especialmente se anima a la ciudadanía de Ayala a acudir a la concentración de este día.

Posteriormente a la misma, habrá una jornada de puertas abiertas con distintos ponentes del mundo académico, para tratar e informar de esta problemática actual, que se relaciona en el cartel anunciador de la misma.


 

 NOTA 08-06-2021

En esta panorámica realizada este mismo día, se vislumbra desde otro ángulo como a ambos lados de la vaguada de la derecha de la imagen, comienza a despuntar el eucalipto de la hasta ahora desconocida o inexistente explotación eucaliptal en nuestra geografía ayalesa.

Nuestro fiel Fabián -Fabián el Fuerte- que habita en su otrora casa-torre de Mariaka que, como se aprecia en la foto, domina su entorno y coto redondo de reminiscencias medievales, dará un paso al frente para impedir o, al menos, susurrar a los suplantadores de especies autóctonas por otras invasivas como el eucalipto, que no han elegido el buen camino para beneficiarse de la explotación forestal a la que tienen derecho, pero sin merma ni mengua de los beneficios que la propia naturaleza y la biodiversidad de la misma es acreedora.

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