Extraños seres habitan Orue auzoan
En
el fondo del lecho de dicho cauce se avistan dos de estos animales extraños,
que tal vez pudiera ser una pareja de macho y hembra, aunque es difícil
averiguarlo por su explosivo cuerpo que, al simple contacto, pudiera dar una
deflagración no deseada. Parece que asoma otro de menor tamaño que pudiera ser
su cría. ¿Procrearán con promiscuidad estos extraños seres?
Tras
un primer contacto ocular, diríase que su cuerpo de color rojizo se asemeja al
de un aparato utilizado para extinguir pequeños fuegos conocido como “extintor”.
De todas maneras habría que llamar a algún experto para que corrobore qué tipos
de animales se refugian, viven y se sumergen en este pequeño arroyuelo por
donde corre el agua en los días de lluvia persistente. (Vídeo http://youtu.be/kh9Da5GYm7g).
Si
se propagan por los alrededores, podrían poner en peligro de extinción –valga
el juego de la palabra “extinción”– la fauna autóctona que habita estos parajes
y causar un daño
irreparable al medio ambiente y, en primera instancia, a la
belleza paisajística del entorno de Arantxu, Lugorri y Magalzar
Abajo.
Del
Ayuntamiento de Amurrio depende, por tanto, el evitar que se degrade el entorno
natural de este paraje que nos traslada a Mariaka. Aquí comienza, precisamente,
uno de los Naturbideak señalizados
con la fijación de una de las antiguas traviesas de madera de ferrocarril. (Vídeos del río Mariaka a su paso por el molino Orue (en ruinas) y de la
presa que lo abastecía http://youtu.be/A5-6_BtgknQ
y http://youtu.be/6NVcPff1teA).
NOTA 26-10-2014
Hoy,
camino de Aldama, barrio incrustado en los montes que rodean al pueblo de
Amurrio, con motivo de la festividad de San Simón y San Judas (28 de octubre),
santos patronos del mismo, me he detenido en el barrio Orue, cerca del
semiderruido molino de su mismo nombre y donde el camino, que va paralelo al
río Mariaka por su margen izquierda (señalizado con la traviesa nº 1 de uno de los
Naturbideak), ha sido recientemente rebajado
unos centímetros por la excavadora.
Igualmente
he comprobado que la zanja que, con lluvia, se convierte en pequeño arroyuelo
que desagua sus aguas al Mariaka, junto a la presa que alimentaba al molino
Orue, ha sido excavada, limpiándola de maleza y –¡oh sorpresa!, ¡por fin!– la retirada
de esos extraños seres a los que hace alusión esta entrada.
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