S.O.S. de Santa Marina de Astobitza

 

Interior de  la iglesia de Santa Marina de Astobitza con parte de la bóveda del presbiterio caída

S.O.S. de Santa Marina de Astobitza

Una mañana espléndida la del día de hoy, 18 de julio, fiesta de Santa Marina. El mes de julio se está portando y está haciendo justicia con la estación estival, a diferencia de la primavera que fue todo menos primavera.

Y siendo Santa Marina, que mejor idea que visitar a la santa en su iglesia del pueblo de Astobitza. A decir verdad, la idea era visitar el lugar donde yace (a duras penas se mantiene en pie) dicha iglesia en el dicho lugar de Astobitza, donde hasta no hace mucho hubo un pueblo con entidad propia.

La vegetación arbórea envuelve y oculta la iglesia por el lado E

 En primer término el cementerio anexo

Ahora Astobitza (con pronunciación átona en la "o") -y su perímetro jurisdiccional- no existe jurídicamente. Ha sido anexionado al pueblo de Baranbio y su iglesia, bastantes años antes, fue desacralizada para el culto religioso por el Obispado de Vitoria (año 1965) y años más tarde, vendidos sus muros a un industrial de Amurrio para aprovechamiento de sus vetustas piedras.

Sin embargo, a día de hoy, estos muros se resisten -y aguantan- a ser demolidos, aunque el paso del tiempo es inexorable y ya está haciendo mella en el otrora edificio religioso. Exteriormente, el mismo está siendo engullido por la maleza y el arbolado que ya casi lo ocultan de la vista de los ojos que ante sí detengan la mirada. Interiormente, el panorama es todavía más desolador si cabe (techumbres derrumbadas, partes de la bóveda del altar desprendidas, coro volatizado, etc.).

 

           La figura del pelícano como representación y símbolo de Jesucristo en el medallón de la bóveda del presbiterio

Todo el conjunto amenaza ruina por abandono y dejadez. ¿De quién o de quiénes? Preguntas sin respuesta ni respuestas, como muchas otras situaciones similares y análogas vividas en otros lugares de Euskal Herria. Aún así escribo estas líneas, porque si se quiere se podría, al menos, asentar las paredes maestras para que recuerden qué fue este edificio.

Esta ha sido la penúltima, sino la última vez, que me he adentrado en el interior del templo religioso para constatar fotográficamente el estado de ruina del mismo.

Edificación de estética caseril por fuera, pero iglesia, con todas las de la ley, por dentro, en su interior. El acceso se hace a través de arco de medio punto. Los restos depositados en el suelo de acceso, delatan que tuvo pórtico. En el interior, a parte de los trozos desprendidos de las bóvedas, se puede contemplar parte de la tarima de madera del suelo, un retablo-hornacina, un banco para uso de la feligresía, restos de un confesionario, etc.

Alberga anexa capilla que se conecta mediante un arco apuntado de gran altura, después tapiado con ladrillo, reduciendo la comunicación entre ambos espacios a una sencilla puerta. Capilla edificada por los señores de la torre erigida cerca del templo religioso, hoy inexistente. Incluso esta capilla tiene además otro acceso que es independiente al de la iglesia y por el que se accedía directamente desde la referida torre. Se cree, que en el suelo quedan restos de tumbas de los señores de la torre que el amontonamiento de escombros caídos de la bóveda impide certificarlo. En las paredes quedan restos de pintura de ornamentación vegetal. Y sobresalen las cuatro ménsulas de piedra de sujeción de la bóveda. Sin lugar a dudas esta capilla de los señores de la torre está catalogada como la edificación más antigua de todo el conjunto.

En la capilla: Una de las ménsulas decoradas con bolas, en uno de los ángulos de la pared que aún conserva restos de representación pictórica

                                                                                     Arco apuntado en el interior de la capilla de los señores de la Torre de Astobitza cegado

Detrás del presbiterio, es decir, al otro lado de la pared del altar, se encuentra adosada la sacristía, a la que se accede a través de la capilla reseñada anteriormente. El templo en uno de sus ángulos -según creo- alberga adosada la casa cural.

Vista general del interior de la sacristía

Anexo al mismo, a la derecha de la entrada se habilita el pequeño cementerio, con cerramiento de piedra y acceso por puerta adintelada. Hace 25 años se podían leer los nombres en las cruces en pie de los difuntos vecinos de este extinto pueblo de Astobitza, incluido el del administrador apostólico de la parroquia (D. Arsenio Gutiérrez). Hoy -y ayer- el crecimiento del arbolado y matorral impiden ver de nuevo estas inscripciones.

Lo curioso, por no decir lo más bello de este lugar es que la antigua parroquia de Santa Marina de Astobitza se halla situada en medio de una enorme pradera ondulada, desde donde se divisan magníficos paisajes y estampas de los montes que envuelven a este lugar. A escasos 500 metros se sitúa el caserío-sidrería Iarritu sagardotegia en el límite del pueblo de Lezama con el de Astobitza (ahora integrado en el pueblo de Baranbio). Todos ellos pertenecientes al municipio de Amurrio, desde que en 1976 fueran anexionados al mismo.

 

En la mitad de esta grandiosa pradera de suaves ondulaciones, entre el arbolado, yace moribunda la iglesia de Santa Marina de Astobitza. Vista por el lado Norte. 

A la izda. la AP-68 y la A-624, camino del puerto de Altube. Encima el monte Montzizorrotz depositario de nidos de ametralladora y trincheras de la guerra del 36

 

 

Apenas se aprecia el tejado entre el arbolado aprisionador

Terminando de escribir esta entrada, llega a mis manos la revista municipal de Amurrio “Hauxe da” (nº 504. 15-07-13) (Hoy ha sido buzoneada), donde en la contraportada da la información de que en el pueblo de Tertanga, en el Valle de Arrastaria, en las cercanías de la Ciudad de Orduña y a los pies del puerto del mismo nombre, se reconstruirá entre los días 15 de julio y 13 de agosto de este verano, el molino Ubiros, gracias a dos campos de trabajo juvenil organizados por la Dirección de Juventud y Deportes del Departamento de Educación, Política Lingüística y Cultura del Gobierno Vasco. El objeto: recuperar y mantener el patrimonio popular y limpiar el entorno natural. Para ello, limpiarán de maleza y desbrozarán el entorno del lugar, acometerán las paredes interiores y exteriores, arreglo del tejado y un largo etcétera.

¡Ay! Si esto mismo, a otro nivel, se pudiera hacer para -al menos- apuntalar lo que de la iglesia de Astobitza queda en pie, que no es poco.

Ahí queda lanzado el guante para que el Ayuntamiento de Amurrio, a través de sí mismo o llamando a otras instancias, haga todo lo posible para que no se borre una parte de nuestra historia para siempre. Que no tengamos que lamentarnos, y quedarnos sin ni tan siquiera poder decir: “Aquí fue…la iglesia de Astobitza”.

Por otro lado, estoy convencido de que la lógica objeción de tener que actuar en una propiedad privada no sería el principal obstáculo. La voluntad política cuando quiere mueve montañas.

Para finalizar, invito a leer en el “Catálogo Monumental Diócesis de Vitoria. Vertientes Cantábricas del NW. alavés. La Ciudad de Orduña y sus aldeas” (Tomo VI. Caja de Ahorros de Vitoria y Álava. Vitoria-Gasteiz 1988) el capítulo dedicado a “Astóbiza” (pág. 299 y ss.). Catálogo en el que ha colaborado y, sobre todo, lo ha dirigido, la afable y gran historiadora alavesa Micaela J. Portilla.

También, si el lector/a lo estima oportuno, puede leer un artículo interesantísimo -al menos a mí así me lo parece- publicado en la revista Aztarna (nº 41. Junio 2011 -págs. 33, 34 y 35-) http://aztarna.es/revistas/aztarna-41 donde se ahonda lo dejado aquí escrito y algunos contenidos más.

Y si alguien desea acceder a más fotos, sobre el interior del recinto (ex)religioso, puede comunicármelo. Las fotos que aquí se visualizan son sólo una pequeñísima representación.

Iarritu sagardotegia, donde la degustación del menú típico de una sidrería es un placer