lunes, 6 de febrero de 2012

Amurrio: Desaparece la placa conmemorativa de dos víctimas de la guerra del 36

El monumento homenaje, sin la cruz y ahora sin la placa recordatorio
Desaparecida la placa conmemorativa de dos víctimas de la guerra del 36 en Amurrio
       Ha debido ser en este mes de enero pasado, antes del día 23, pues ese día, al pasar por el lugar donde se asienta el pedestal con su cruz, se pudo observar que la placa conmemorativa que al pie del mismo estaba colocada desde pocos años después de ocurrir el grave y triste suceso de septiembre de 1936 ya no se encontraba allí. Había sido arrancada, sustraída o robada de su lugar, y con ello mancillada la memoria de dos personas, borrando el recuerdo que se tributó a un padre y a una hija que pagaron con sus vidas la sinrazón de una guerra fratricida allá en el verano del 36 del siglo pasado, 75 años después de aquellos hechos.
      Las preguntas que se avienen a salir para ser contestadas se encaminan en varias direcciones.
Antes, con la placa recuerdo
Ahora, sin la placa recuerdo
¿Alguien, a título particular o como parte de un colectivo, tomando como justificación la Ley de la Memoria Histórica, ha creído ver que dicho recuerdo que el pedestal proclama debía ser liquidado, haciendo con ello tabla rasa de toda posible ideología? ¿Tal vez, ha descolgado la placa conmemorativa con la sana intención de borrar restos o vestigios del pasado incivil de la guerra?
       El Ayuntamiento de Amurrio, comprendiendo a los grupos políticos de distintas y dispares ideologías que el mismo representa, por la información recabada, parece ser que no tiene declarado ningún acuerdo que pudiera dar respuesta a alguna de las preguntas anteriores.
El pedestal sin la cruz y con la placa, tiempo atrás
      Una pregunta que ya ha tenido respuesta en algunos de los amurriarras consultados, pone el acento en la dirección de que este acto de apropiación ha podido tener un móvil meramente económico, para la venta en forma de chatarra de la placa en cuestión. Respuesta que cuesta creer que haya sido la finalidad última de los autores de esta desaparición y más hace dudar que hayan puesto los ojos en ese lugar que pasa inadvertido para la mayoría de las personas que circulan por allí. Y digo circulan pues la cruz con su pedestal se ubica junto a la misma orilla de la carretera, siendo, por tanto, únicamente los vehículos de cuatro ruedas los que pasan a su lado sin reparar en su existencia.
El pedestal sin la cruz y sin la placa, actualmente
     Sea por una causa ideológica o simplemente económica, el resultado para la ciudadanía de Amurrio, no puede ser más desolador. ¿Se intentará dar con la placa sustraída o robada?; ¿se intentará reponerla con otra nueva? Son preguntas que quedan en el aire, pero que merecerían una respuesta satisfactoria, bien restaurando o bien trasladando de lugar, en caso de que le afecte una posible ampliación de la carretera, el monumento en forma de cruz, como apunta el artículo que se cita al final de esta entrada; ya que el monumento en sí como la memoria que representa y el recuerdo de la misma, también es patrimonio que hay que preservar.
        La cruz con la placa en el pedestal de la misma, tuvo su primer “atentado” en el año 2001, posiblemente por el golpe de algún camión, tractor, etc. que dio con la cruz en el suelo. Lo más probable es que la misma se halle tumbada y rota, y oculta por la maleza, en la parte de atrás del citado monumento conmemorativo. Desde esa fecha hasta hoy, se mantiene en pie el pedestal de la misma, muchas veces casi cubierto por la maleza.
       Esta expresión que en forma de cruz se erigió en su momento, hace profesión de fe en el recuerdo del asesinato de un padre, José María Viguri Berganza, de 46 años de edad y de su hija Guadalupe Viguri Meaza, de 12 años, el día 26 de septiembre de 1936, junto a la cuneta de la carretera que saliendo de Amurrio se dirige a Larrinbe y Lezama, justo al lado de la casa caserío Ugarte en el barrio de su mismo nombre, en Amurrio.
       Ambos dos crímenes atroces abren capítulo del libro “La persecución roja en el País Vasco”, precisamente con el descriptivo título de “El crimen de Amurrio”, cuyo autor es el presbítero D. José Echeandía, preso en una de las cárceles flotantes (barcos-prisiones) atracadas en la ría de Bilbao. Dicho sacerdote narra, en el capítulo del mencionado libro, los hechos que acaecieron aquella aciaga noche. [Para tener una idea aproximada de aquellos sucesos luctuosos vividos en Amurrio, en septiembre de 1936, se puede leer el artículo publicado en la revista Aztarna de Amurrio (nº 21 de abril 2002)].
       En la Placa recientemente desaparecida viene la siguiente inscripción:


D. José Mª Viguri y Berganza
de 46 años de edad y su hija
María Guadalupe
de 12 años, vilmente asesinados
durante la dominación marxista.
Amurrio, 26 de Septiembre de 1936.



       Para finalizar, una apreciación que corrija en lo posible el error que sobre la muerte de estos dos vecinos se cita en el libro “Los crímenes de Franco en Euskal Herria (1936-1940)” del prolífico escritor Iñaki Egaña pues, aun reconociendo el enorme trabajo que desarrolla en el conocimiento de los acontecimientos durante la guerra civil y posterior dictadura, dicho autor deja escrito que tanto José María Viguri como su hija Guadalupe fueron muertos en un bombardeo, en la dilatada relación de los ejecutados en Euskal Herria con que concluye dicho libro. Bien reflejado queda que fueron asesinados tras ser sacados de su casa, sin intervenir en sus muertes bombardeo alguno.
Tiempo y años atrás, que reflejan el más absoluto olvido

1 comentario:

  1. Es intolerable como una ley pretende establecer reglas Morales, buenos y malos. Aquí solo hay víctimas y verdugos. Descansen en paz. Espero que la placa se vuelva a reponer

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